Leah Jorgensen, una estadounidense de 33 años de Wisconsin, Estados Unidos, sufre el síndrome de ovario poliquístico, una manifestación hormonal que hace crecer mucho pelo a la mujeres por todo su cuerpo, entre otras afecciones.
Desde los 14 fue intimidada por la forma en la que se veía. Por ese motivo decidió cubrirse siempre con camisas de mangas largas y pantalones. Cuando cumplió los 20, comenzó a afeitarse.
La inseguridad de Leah le impidió acercarse a las personas, a tal punto que no tuvo su primer beso hasta los 27 años y evitó al dentista durante 12.