martes, 24 de noviembre de 2015

Lenin esquiaba con un Rolls-Royce ‘tuneado’ cuando no estaba haciendo la revolución

Strambotic
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Si no es cara y lujosa, no es mi revolución. El primer dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) vivió entre dos aguas: de farol del proletariado a dictador responsable de alguna que otra violación de los derechos humanos, el bueno de Vladímir Ilich Uliánov, Lenin, defendió al obrero desde la comodidad de una apacible vida burguesa.
Los tiempos de arrestos en su etapa universitaria y el exilio forzoso en Siberia estuvieron muy bien, pero Lenin llegó a un punto de su vida en el que el confort fue ganando peso. Así, este marxista (padre del leninismo, si nos ponemos correctos en lo teórico) terminó sus días en un exquisito palacete con nueve Rolls-Royce en su poder.

Por una parte, lo de Léninskiye Gorki –la lujosa finca a las afueras de Moscú con energía propia, agua caliente y teléfono en la que residió Lenin una vez nacionalizada– es relativamente habitual: salvo la honrosa y reciente excepción del uruguayo Pepe Mujica, un líder político sin su palacete correspondiente no es lo mismo.
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Sin embargo, lo del extenso y opulento parque móvil de Lenin es de difícil explicación. Sobre todo, teniendo en cuenta que entre los vehículos británicos propiedad del dirigente comunista se encontraba el único Rolls-Royce del mundo con esquís.
Este lujoso trineo, adaptado en exclusiva para que Lenin pudiera desplazarse a pesar de la nieve rusa, puede verse aún hoy en los garajes de Léninskiye Gorki. El modelo, un Silver Ghost, fue adaptado en 1921 en la planta Kirov de Leningrado, todo un símbolo revolucionario soviético en el que se terminaron fabricando los tanques de la URSS (y este caprichito de Lenin).
No obstante, Lenin no fue el primer dirigente de la fría Rusia que recurrió a la personalización de un vehículo para moverse pese a las inclemencias meteorológicas. De hecho, el sistema de patines delanteros y ruedas traseras con cinta utilizado en el exclusivo Rolls-Royce de Lenin, conocido como oruga Kégresse, fue inventado para desarrollar vehículos con los que el zar Nicolás II pudiera viajar sobre la nieve.
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Así, el revolucionario comunista terminó recurriendo al mismo sistema creado para el padre de Anastasia y compañía, con el toque exquisito y sibarita de un buen Rolls-Royce británico hecho en la mismísima ciudad de Mánchester.
Con una finca que había pertenecido a nobles moscovitas y a lomos de un vehículo exclusivo hasta en su forma de moverse, Lenin lideró la revolución del proletariado defendiendo los derechos del trabajador y sazonándola con alguna que otra acción dictatorial.
Noventa años después de su muerte, seguidores y detractores siguen debatiendo si Lenin era un santo para el obrero o un dictador. Lo cierto es que tanto una cosa como la otra se hace mucho mejor desde tu Rolls-Royce personalizado. Dónde va a parar.

Con información de The Telegraph, idea Guide y Wikipedia.
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