lunes, 29 de junio de 2015

Los pozos de la nieve

Miguel Ángel Toledano

Miguel Ángel Toledano
Crujen las tablas en las casas viejas y todo en ellas chirría, las puertas, los grifos, las ventanas. Hasta las manchas de luz en las paredes lucen distintas a las de las paredes nuevas. Tengo un libro dentro de mí y conversamos los dos. Una vez que acabo el libro, lleno de imágenes nuevas y reconfortantes, aterrizo y me quedo mudo. Es difícil explicar todo lo sugerido, todo lo lleno de memoria y tan bien escrito, con esa delicadeza, con esa mesura y elegancia, tan propia de la poesía, y sin embargo con tanta verdad y pasión: Los pozos de la nieve . Berta Vias Mahou. Ocurrió el pasado verano: en agosto, los diarios se adelgazan como las piernas de las gaviotas en las playas, era sábado, y entonces, cuando íbamos buscando la columna de ese escritor, Manuel Rivas, que seguimos con pasión también en prensa, resulta que no está. Se ha tomado el descanso. Y, en su lugar, el texto de una joven desconocida para mí. No sé. Vamos a tener que dejar de comprar también este diario.
Pero, bueno, comenzamos a leer algo desconcertados, desprevenidos, y nos encontramos con un texto envolvente, fresco, distinto: la vida que usa muchos disfraces se nos revela intacta, emergiendo a través de una sensibilidad llena de frescura y conocimiento y que nos habla de que lo que nos hace humanos parece que consiste en hablar, en entendernos, en comunicar. La voz en que se expresan nuestras palabras, esa habla que en sus orígenes, fue la pura, inmediata oralidad, y, que si se pierde en el aire de cada sonido, adquiere con la escritura y los siglos formas más complejas, más sustanciosas y firmes. Silencio, te dices. Esta muchacha escribe muy bien. Extraordinariamente bien. Berta Vias Mahou, escritora y traductora, e intuimos que nos ha sido regalada nueva luz, el tono intenso de una voz nueva que nos habla con sutileza, con delicadeza y elegancia de los nombres de todos esos jóvenes que caminan despacio, desorientados, y nosotros con ellos igualmente desorientados, perdidos.
Y Berta Vias Mahou intentando reconstruirlo todo. Buscando los fragmentos entre la pila de escombros, intentando plantear las preguntas con claridad y asombro, pisando nuestras propias huellas, el largo rastro de las pisadas en la nieve, sumidos en tantas preguntas aún sin respuesta y sabiendo que tal vez nunca lleguemos a conocerlas, pero dispuesta ella a coger papel y lápiz. A escribir. Despacio, con paciencia, "porque cada palabra es una lucha, una lucha contra el deseo de callar, contra la imposibilidad de hacerlo". Y aún así seguir adelante. Berta Vias Mahou. Su forma de narrar es conmovedora, dotada de una sensibilidad tan lúcida, tan sugerente. Un descubrimiento de esos que sólo se producen de tanto en tanto. Quiero conocerla. Voy a encargar sus libros. En papel, claro.
* Profesor de Literatura

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