Para el experimento, los científicos contaron con 64 hombres saludables de entre 21 y 45 años a los que les pidieron que respondieran a un cuestionario sobre el tiempo que dedicaban a ver vídeos sexuales, cuyo resultado dio un promedio de cuatro horas semanales. Además, realizaron una serie de tomografías computarizadas (MRI) del cerebro para medir su volumen y observar la reacción del mismo ante las imágenes sexuales que les presentaron durante el estudio.

Los resultados del experimento revelaron que cuanta más cantidad de contenido sexual veían los participantes, más disminuía el cuerpo estriado del cerebro, esto es, una pequeña estructura nerviosa justo debajo de la corteza cerebral. De la misma forma, cuanto más contenido sexual explícito observaban, más se deterioraban las conexiones entre el cuerpo estriado y la corteza prefrontal, la zona del cerebro encargada del comportamiento y la toma de decisiones.

Por tanto, los investigadores concluyen que cuanto más contenido sexual se observa, más se reduce la materia gris en determinadas partes del cerebro, así como también se produce una reducción en su actividad cerebral.

“Hemos encontrado un importante vínculo negativo entre el acto de ver pornografía varias horas a la semana y el volumen de materia gris en el lóbulo derecho del cerebro, así como la actividad de la corteza prefrontal”, afirman los autores del estudio, según informa el sitio diariopanorama.com.