Xiabo Chien, un chino de 11 años, iba como cada mañana desde su casa a la escuela en la provincia de Sichuan. A medio camino, el pequeño se detuvo a beber un poco de agua de una botella que había cerca del camino.
Unas horas más tarde, cuando el chico llegó a casa, se empezó a sentir mal y le explicó a su madre que algo no iba bien. La familia decidió llevarlo al médico, aquejado de mareos y de un fuerte dolor de garganta, según publica el sitio que.es.
En principio, los médicos no vieron nada extraño, pero una radiografía despejó cualquier tipo de dudas: Chien tenía una sanguijuela de 7 centímetros en su tráquea y que llevaba creciendo dentro de él durante horas.
"Al principio creía que era un gripe, ya que él nos dijo que estaba un poco mareado y que tenía dolor de garganta", explicaba la madre del niño, Xiang Tung.
Xiabo Chien había ocultado a su madre que había bebido agua de una botella de la calle. Afortunadamente, la sanguijuela no provocó una infección y fueron capaces de eliminarla del cuerpo del niño de 11 años sin problemas.