
¿Populismo? ¿Neocomunismo camuflado de asamblearismo?
¿Reivindicaciones del 15-M en manos de
antisistemas? Reducir a eso lo que
está suponiendo Podemos revela una
carencia de análisis preocupante, y más si va acompañada por una actitud tan
displicente que los votantes que le dieron su respaldo sólo pueden interpretar
como ofensiva. Es lo que ocurre con determinadas voces del PSOE que se niegan a
ver que muchos de los que apoyan a esa formación son antiguos electores
socialistas, si no militantes, y no sacan la conclusión de lo que su
crecimiento significa como señal de una decepción inaguantable con las
políticas del partido de Pablo Iglesias Posse. Bien vendría meditar al hilo de
ciertas palabras del filósofo Adorno, por ejemplo, como cuando escribe que,
dado que el poder del capital sobre la conciencia de muchos se ha hecho muy
fuerte, "se considera reaccionaria toda tentativa de modificar esa
conciencia mediante la denuncia de la complicidad". Descalificar sin más a
Podemos con los términos referidos es
revelador de quien lo hace. Las connivencias con un orden estructurado
alrededor de quienes tienen poder de dominio es lo que hace crecer a Podemos. Deberían extraerse las
consecuencias pertinentes en una izquierda que tampoco puede reducirse a la
nueva formación política que hoy la remueve.
José Antonio Pérez Tapias
(Publicado en el diario Granada Hoy el 11 de septiembre de 2014)