
Estamos padeciendo desde hace tiempo una política de la mentira y una educación que no se ha tomado en serio, donde la cultura y el saber no se sabe bien ni lo que son ni para qué sirven. La educación es la esencia de partida de toda sociedad, y, si eso falta, la sociedad de va a pique. Filosofía significaba "aprecio al entender". Preocupación por saber qué mundo es el tuyo, el nuestro, qué sociedad es la tuya, la nuestra, y cómo compartir la vida con otros. Por eso es tan importante la gobernación de la Polis, de las cosas que nos afectan a todos, de la política, aunque hoy se hable tanto, a consecuencia del comportamiento de determinados políticos, de la perversión de la política.
¿En qué instante comenzamos a pensarlo todo en términos de rentabilidad económica? La economía es importante, pero es solo una parte. "Hay que dejar que los muchachos, los cuatro, cinco o seis años que están en la universidad se entusiasmen con algo, que no se obsesionen con cómo ganarse la vida, ya se la ganarán o la lucharán. La obsesión por ganarse la vida es la forma más radical de perderla", dice Lledó. Y fíjense hasta dónde hemos llegado. ¿Para qué sirve toda la economía si no sabes pensar, si no tienes sentido crítico, si no sabes ser libre intelectualmente? Debemos recuperar el sentido que nos enseña que la vida es algo muy hermoso y muy estimulante. Y no podemos olvidarnos de la posibilidad que tenemos de mirar. De ver. El primer paso para comenzar es mirar. Los filósofos griegos nos enseñaron que la palabra idea, que nos remite al idealismo, significa mirar. Mirar con los ojos y sus hilos secretos, no con la mente. Y solo después de eso vendrá la educación.
* Profesor de Literatura