jueves, 29 de mayo de 2014

La delgada línea entre ser gracioso y ser idiot@



  • La delgada línea entre ser gracioso y ser idiot@. (Foto: Thinkstock)

Una de las cosas que por lo general las mujeres encontramos más sexys en un hombre es el sentido del humor, pero siempre (como en todo) existen los límites.

InPerfectas . Adoramos a los hombres que nos hacen reír, que son capaces de sacarnos una carcajada de forma natural y sin esfuerzos. El sentido del humor es de vital importancia a la hora de conquistar (tanto en hombres como en mujeres) y sí, es algo que nosotras siempre vamos a considerar sexy en un hombre.
Pero claro, como en todo en la vida hay límites. Porque no es lo mismo un hombre gracioso que un niño tonto que lo único que hace son payadas para llamar la atención.
Hay diferentes situaciones en las que podemos encontrar la clara diferencia. Por ejemplo, sales a un bar/discoteca/reunión y el niño inmaduro cree que es “chistoso” embriagarse hasta quedar tirado en el suelo o vomitando en el baño y tú como una madre lo cuidas (con el pensamiento de nunca más) porque digamos que es tu “responsabilidad” por llevarlo. En cambio, un hombre conoce sus límites y sabe que no es nada humorístico quedar como un trapo.
Otra situación puede ser que estás en tu grupo de amigos y uno de los chicos para llamar la atención empieza hacer bromas, pero el tono que usa no es para nada chistoso, más bien es hiriente. Busca los defectos de las personas para sacar un chiste de eso, algo que tu consideras totalmente fuera de lugar. Un hombre con sentido del humor no se ríe de los demás, se ríe con los demás.
Otra cosa detestable y que no es nada gracioso es cuando un hombre habla en jergas y suelta groserías sin parar. De cada 10 palabras que salen de su boca 11 son lisuras o palabras que no tienen mucho sentido. Claro, a todos se nos pueden escapar algunos ajos y cebollas, pero no todo el tiempo. ¡NO ES GRACIOSO, es molesto!
Otro punto clave es el lugar y el momento. Porque no es lo mismo hacer un chiste en una reunión con amigos que en un velorio. Existen ciertos espacios donde tenemos que guardar la compostura y hacer bromas no es lo más adecuado que digamos.
Por eso es importante que un hombre sepa cuál es el límite entre el humor y la idiotez.