jueves, 23 de mayo de 2013

Sí, quiero (que quemes ese vestido de novia en la hoguera)

No es necesario asistir a una boda gitana para ser testigo de las vestimentas más horteras. El afán de llamar la atención o la más desgarradora falta de buen gusto están bien repartidos por lo largo y ancho del planeta Tierra y en cualquier momento podemos ver con nuestros propios ojos a novias ataviadas con trajes de lo más horrendo en su día más especial. Peor aún, tu novia puede ser una de ellas.
Apostado en el altar, suena la música y ves a la que en unos minutos será tu esposa entrando en la iglesia del brazo de su padre. El vestido de novia es uno de los secretos mejor guardado y estás deseando ver a tu preciosa mujer por fin vestida de blanco y más guapa que nunca.
Pero… ¿¡Qué demonios!? ¿¡Qué es eso que lleva puesto!? No sabes si quedarte ahí como un pasmarote o salir corriendo tan rápido como te lo permitan tus piernas. Aunque, probablemente, si conoces lo suficiente a tu novia, la catástrofe es algo que se veía venir, quién sabe. Es más, incluso la descabellada puesta en escena ha podido ser planeada conjuntamente para ambos asistir al enlace con las pintas más ridículas que vuestras retorcidas mentes han podido imaginar.

¿Qué demonios llevas puesto, querida?
El metro cuadrado de seda está carísimo


Catástrofes en pareja


Boda gitana