La pelea se produjo durante un partido juvenil que disputaba el Villafranca, equipo de los arrestados, contra el club jarote
La Guardia Civil ha detenido en Villanueva de Córdoba a dos jóvenes de 19 años, vecinos uno de ellos de Villafranca y el otro de Villa del Río, como supuestos autores de un delito de lesiones y otra falta de lesiones, por agredir a dos espectadores a la finalización de un partido de fútbol, según ha informado el instituto armado a través de una nota de prensa.La Guardia Civil tuvo conocimiento a través de una llamada telefónica recibida en la central operativa de servicios de Córdoba que se había producido una alteración del orden público en las instalaciones del campo de fútbol municipal de Villanueva de Córdoba, una vez que había finalizado un partido de categoría juvenil entre los equipos del Villanueva de Córdoba y el Villafranca.
Inmediatamente, se pasó el aviso a las patrullas de la Guardia Civil de servicio de seguridad ciudadana por el interior del casco urbano de Villanueva de Córdoba, quienes se desplazaron rápidamente al campo de futbol, al tiempo que se comunicó a la Policía Local de Villanueva de Córdoba, que igualmente desplazó patrulla. Los guardias civiles, a su llegada a as instalaciones deportivas, pudieron verificar las informaciones recibidas, localizando en las inmediaciones a dos personas, de 54 y 59 años de edad, que presentaban diversas lesiones. Los heridos aseguraron que habían sido agredidos por dos jugadores del equipo de Villafranca, una vez que había finalizado el partido de futbol. Una de las víctimas tuvo que ser trasladada en ambulancia al Centro de Salud de Villanueva de Córdoba, ya que fruto de la agresión sufrida presentaba un fuerte dolor en el abdomen.
Las primeras gestiones unidas a los datos aportados por varios testigos, permitieron a los agentes identificar a los supuestos agresores, que resultaron ser dos jugadores del equipo de Villafranca, ambos de 19 años.
Mientras los guardias procedían a identificar a los supuestos agresores, se inició una riña entre familiares de una de las victimas y jugadores del equipo de Villafranca, tumulto que fue rápidamente sofocado por los agentes y con el apoyo de la patrulla de la Policía Local que ya se encontraba en el estadio y estaba colaborando.
Con el avance de las gestiones se pudo saber que uno de los supuestos agresores también presentaba lesiones de carácter leve en la muñeca y en la cara. Asimismo, la Guardia Civil pudo saber que otro de los jugadores del Villafranca C.F. presentaba lesiones en la clavícula, que supuestamente se las había causado un jugador del Villanueva de Córdoba.
Ante ello, y tras comprobar los agentes que el incidente había quedado totalmente sofocado, se inició la investigación de lo sucedido, al tiempo que se informó a las partes de su derecho a presentar la pertinente denuncia.
Tras recibir la pertinente denuncia por parte de una de las víctimas y comprobar que había sufrido lesiones calificadas como de carácter grave, concretamente al haber sufrido la fractura del sexto arco costal y un hematoma supraciliar izquierdo, la Guardia Civil estableció un dispositivo de servicio orientado a la localización y detención de los dos agresores, dispositivo que permitió su arresto el pasado día 27 de febrero en Villanueva de Córdoba.
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Manifestación en Aguilar por los cinco años de la desaparición de Ángeles Zurera
Una manifestación recorre las calles del municipio cuando se cumplen cinco años de la desaparición de esta joven sin que aún se sepa qué pasó con ella
Más de 1.500 personas han recorrido las calles de Aguilar de la Frontera para pedir que se siga buscando a Ángeles Zurera, desaparecida hace ahora justo cinco años en su casa de este municipio de la Campiña Sur. La manifestación ha estado encabezada por el alcalde, Francisco Paniagua, y el hermano de Ángeles Zurera, además del diputado Antonio Hurtado, que es aguilarense. La marcha ha salido de la plaza Ochavada y ha recorrido las calles principales del municipio.Ángeles Zurera Cañadillas desapareció hace cinco años de su casa, de madrugada, mientras uno de sus hijos dormía y el otro jugaba a la videoconsola. Alguien llamó a la puerta, la mujer abrió y nunca más se supo. Sus hijos no la echaron de menos en todo el día. Al día siguiente, cuando no llegó a trabajar fueron sus compañeras las que denunciaron su desaparición. La Guardia Civil siempre apuntó a su ex marido, del que se separó años antes de desaparecer y con el que compartía dos hijos. Los agentes llegaron a detener al hombre, pero por un delito de malos tratos previo a la desaparición de la mujer. Desde entonces, los investigadores nunca pudieron imputarle nada más.
La Guardia Civil no ha parado de buscar a Ángeles Zurera desde hace cinco años. Su hermano, Antonio Zurera, ha cifrado en 14 los dispositivos especiales que recuerda. Se han levantado fincas de olivos y vides, se ha buceado en una laguna, se han abierto zanjas en carreteras y hasta se ha usado el georradar. Nunca se halló nada, ni una sola pista. La última gran búsqueda ocurrió en noviembre de 2011, cuando la Guardia Civil levantó, literalmente, el suelo de una nave industrial de Aguilar de la Frontera. Los agentes sospechaban que en sus cimientos podía estar enterrada la mujer, a la que su familia ya no espera encontrar con vida.
Los agentes califican la desaparición de Zurera como forzada. Desde los primeros días, trabajan con la hipótesis de que algo le pasó a la mujer. Ángeles Zurera salió a la calle sin dinero, sin documentación, sin sus gafas ni lentillas (tenía grandes problemas de visión), sin más ropa de la que llevaba puesta y sin dejar rastro alguno. Nadie vio nada. Nadie escuchó nada. Y así, con la angustia del silencio para una familia que apenas vive desde su marcha su caso volverá a ser archivado.
Manifestación en Aguilar por los cinco años de la desaparición de Ángeles Zurera
