El hombre cocinó la cabeza de su novio.
Un hombre, fanático del sadomasoquismo,
fue condenado en Berlín a tres años y tres meses de cárcel por asesinar a
su novio y cortalo en trozos. Los restos del cadáver fueron
descubiertos un mes después por la policía, luego de que el asesino
intentara suicidarse.
La fiscalía reclamaba la cadena perpetua para el hombre de 44, por la muerte de su pareja, un empleado de banco de 37.
Los jueces se mostraron clementes en la pena dictada al estimar que la pareja se entregaba de forma habitual a prácticas peligrosas.
Según el juez Peter Faust, los dos hombres, que se conocieron en internet, se amaban. El 5 de enero de 2012, el berlinés había atado a su pareja con su consentimiento a la cama y le había colocado cinta adhesiva en la boca y la nariz.
Tras la muerte del empleado del banco, cuya causa exacta no se detalló, el berlinés le cortó en trozos y lo puso a cocer. Los restos del cadáver fueron descubiertos cuatro semanas después por la policía, después de que el asesino tratara de suicidarse.
Los dos hombres ya habían practicado en el pasado juegos sadomasoquistas que entonces sólo llevaron a la pérdida de consciencia del empleado del banco.
Los jueces estimaron que el acusado evaluó mal la situación la noche del fallecimiento, cuando su pareja se encontraba en un estado inconsciente.
El acusado estaba acostumbrado a llevar a cabo este tipo de prácticas y sus parejas nunca se quejaron de que sobrepasara los límites, apuntaron los jueces.
Los jueces se mostraron clementes en la pena dictada al estimar que la pareja se entregaba de forma habitual a prácticas peligrosas.
Según el juez Peter Faust, los dos hombres, que se conocieron en internet, se amaban. El 5 de enero de 2012, el berlinés había atado a su pareja con su consentimiento a la cama y le había colocado cinta adhesiva en la boca y la nariz.
Tras la muerte del empleado del banco, cuya causa exacta no se detalló, el berlinés le cortó en trozos y lo puso a cocer. Los restos del cadáver fueron descubiertos cuatro semanas después por la policía, después de que el asesino tratara de suicidarse.
Los dos hombres ya habían practicado en el pasado juegos sadomasoquistas que entonces sólo llevaron a la pérdida de consciencia del empleado del banco.
Los jueces estimaron que el acusado evaluó mal la situación la noche del fallecimiento, cuando su pareja se encontraba en un estado inconsciente.
El acusado estaba acostumbrado a llevar a cabo este tipo de prácticas y sus parejas nunca se quejaron de que sobrepasara los límites, apuntaron los jueces.
