lunes, 5 de noviembre de 2012

Esta vida que llevamos

MIGUEL ANGEL Toledano 05/11/2012


Pararse y volver a comenzar. Poner un parche, no. Volver y comenzar. Lo que está sucediendo está sucediendo porque hemos aceptado los patrones de una sociedad homicida que los ha hecho parecer admisibles. Una sociedad perdida aporta también muchas trivialidades, hace que lo intolerable parezca tolerable, hace que la vida parezca entretenida y divertida y da fáciles respuestas, y cuando preguntamos por qué los ciudadanos permiten que eso suceda, vemos con tristeza que es en realidad porque esta vida que llevamos se está volviendo insoportable y la impostura no es cosa de los escenarios, es una comodidad en la que nadie cree pero que la gente prefiere aparentar que es verdadera porque así las cosas quizá no sean tan malas.
Lo que está ocurriendo es una decepción y si se quiere ver la verdad hay que estar lo bastante loco como para enfrentarse con algo espantoso. Que cada uno hable. El problema es encontrar, compaginar, reunir el sentimiento y el ser. Hay algo torcido cuando las pinturas de Picasso y la buena literatura son blasonadas en los escudos de los bancos y en la élite del poder. Se están llevando todo. El Estado no desea llevar el arte a los ciudadanos, pretende diamantes para su báculo. El arte está siendo robado. Cocteau dijo que el artista que se opone, que abre, primero es ignorado, luego despreciado, y cuando ninguna de esas cosas funciona, entonces intentan suprimirlo cargándolo de honores.
El novelista Javier Marías ha rechazado por coherencia una concesión onerosa y se disparan sorprendidos todos los noticiarios. Al poder le sienta mal que un escritor rechace los honores que paga con el dinero de todos. Desconfiemos siempre de la aprobación y el apoyo oficial. ¿El arte debe oponerse a la opresión con toda su fuerza vital? ¿Es importante leer? ¿Qué nos está pasando? ¿Hay algo que sea verdad? ¿Son los diarios la verdad? ¿Es importante aprender? ¿Tiene algún valor? Acabo con preguntas porque no tengo respuestas.