martes, 8 de mayo de 2012

Laicismo es libertad

El laicismo es libertad, igualdad y justicia social; es un movimiento teórico y práctico que tiene como objetivo la defensa de la libertad de conciencia. Comparto esta idea –revolucionaria aún- con mi compañero y maestro Luís Gómez Llorente. Así, el laicismo es el más moderno y avanzado movimiento ciudadano, pues subraya la dignidad del individuo, su condición inteligente, libre voluntad y libertad de conciencia, lo que determina la defensa de la libertad de creencias, la libertad religiosa y la libertad de culto. Por tanto, en un mundo amenazado por el fundamentalismo político y el integrismo religioso, ninguna apuesta mejor que defender el laicismo como clave para la convivencia presente y futura. Mas en nuestra sociedad el laicismo se convierte en una apuesta de futuro, porque en una sociedad plural y diversa es fundamental que la ciudadanía tenga la garantía de poder ejercer la libertad de creer y la de no creer, la de creer en un dios, en varios, en ninguno o la de creer en la propia razón de cada cual. Pues bien, todo ello es posible gracias a la libertad de conciencia que defiende el movimiento laicista. Porque sin laicismo y sin laicidad no hubiera sido posible el matrimonio civil o el divorcio, la libertad sexual o la de cátedra, la emancipación de la mujer o la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, es más, sin laicismo no hubiera sido posible la desteologización de la ciencia, la educación, la ley o la política. Tenemos, pues, que seguir avanzando y tener claro que la fuerza de cualquier país está en su diversidad y si somos capaces de reconocerla, garantizando la libertad de conciencia de todas sus mujeres y hombres en igualdad, daremos un paso más en la historia de nuestra civilidad