martes, 24 de abril de 2012

Destacamos un nuevo blog: "SOS PATRIMONIO FERNÁN NÚÑEZ"

Poca gente sabe que al mirar el escudo de Fernán Núñez el castillo que aparece evoca la antigua fortaleza que dio origen a nuestro Palacio Ducal. Poca gente conoce que en Córdoba existe una plaza roja, está sí lejos de la de Moscú, aunque mucha gente pase cada día por ella, bien de paso, bien para aparcar su coche en la Plaza de Armas. Y menos aún son los que disfrutan de su historia, de su pasado, porque los infortunios del tiempo y ahora la crisis, están haciendo que este edificio emblemático de la campiña cordobesa pase del sueño ilustrado de un conde a la pesadilla de un municipio. Fachada del Palacio Ducal con su característico color rojo.
Sería allá por el 22 de abril de 1787, cuenta la historia, cuando se inaugurara la Capilla de Santa Escolástica, obra cumbre del nuevo Palacio, el broche de oro de la redificación del edificio que el VI Conde de Fernán Núñez, don Carlos José Gutiérrez de los Ríos, mandara edificar desde Lisboa, donde se encontraba de embajador. Dicen que recuerda al Palacio de las Necesidades, Embajada de España por aquél entonces, pero recuerda  más bien a un conjunto de estilos de diferentes palacios de la capital Portuguesa. También se cuenta que fue el propio aristócrata el que diseñó el edificio, a su gusto y semejanza. Fueron testigos de la gran ceremonia de inauguración los vecinos de la villa de Fernán Núñez y Montemayor, que adecentaron las calles, adornaron balcones e iluminaron con antorchas las torres de la localidad. Asimismo, asistieron a los festejos que se celebraron en la Plaza de Armas, donde los Condes recibían a la multitud desde el balcón del Palacio Ducal.Parece raro no ver en Fernán Núñez, “Puerta de la Subbética” y frontera del antiguo Reino de Granada, un castillo. Sin embargo, es el propio Palacio el antiguo castillo que constituyera “el primer solar de la gran Casa de Córdoba”. La ausencia de tal edificio se debe a que en 1755 se produjo el temido terremoto de Lisboa y parte de la fortaleza medieval se vio gravemente dañada por el mismo. El Conde aprovechando las circunstancias y, dentro del pensamiento ilustrado iniciado por su antecesor el Conde don Francisco de los Ríos de convertir una aldea con castillo en una ciudad con palacio, decidió remodelar el aspecto del edificio y convertirlo en un palacio digno de una de las familias con mayor grandeza de España. A la majestuosidad de la construcción le acompañaba la Capilla de Santa Escolástica, el tesoro del Palacio, con su cúpula borrominesca y la iglesia de Santa Marina, reedificada décadas atrás dentro de la grandeza del Barroco, constituyendo uno de los conjuntos pintorescos más deslumbradores de la Campiña. Tal es así que artistas de la época, como Goya, se dejaron encandilar por la belleza del lugar y retrataron el paisaje para dejar constancia de las mejoras urbanísticas llevadas a cabo por la nobleza de esta villa. Otros literatos escribieron para esta familia obras inéditas e interesantes que constituyeron una de las colecciones más importantes de Andalucía.El color rojo con que se adorna la construcción contrasta con el blanco de las viviendas populares, llegando a crearse un tipo de color llamado “rojo Fernán Núñez”. El motivo parece claro: el blanco es un color barato, el del pueblo llano; el rojo por su parte es un color caro y representa a las clases altas. Ése parece ser el verdadero motivo del color rojo condal, y no otro.Ahora el edificio se ve apenado. Nadie lo visita, porque nadie lo puede visitar, excepto los insectos y roedores que, como los virus en  una enfermedad, son los que acrecientan cada día más el empeoramiento de salud de este Conjunto Histórico Artístico declarado en 1983.En la actualidad, la Asociación Cultural “Los Ríos”, en colaboración con el Ayuntamiento, está llevando a cabo una gran tarea para la recuperación del Patrimonio del Palacio Ducal. Quizás deberíamos ser conscientes de que el futuro de esta nación no está en la inversión en el ladrillo, sino en la conservación del Patrimonio: el Patrimonio como motor de riqueza y empleo en el medio rural. Sin duda, si el Palacio Ducal de Fernán Núñez y la Plaza de Armas estuviera en Córdoba, sería un monumento a destacar entre la oferta cultural cordobesa. Por otra parte, las administraciones públicas deberían darse cuenta de que Fernán Núñez se encuentra a tan sólo 20 minutos de Córdoba y podría ser un gran reclamo dentro de la oferta turística de la capital.