jueves, 6 de diciembre de 2018

¿SOY O SERÉ UN FASCISTA?

iembre a las 8:23
José Antonio Illanes

¿SOY O SERÉ UN FASCISTA?
Esta tarde, en Sevilla, cientos de estudiantes han llenado las Setas protestando contra el fascismo. Anoche soñaron con el dinosaurio de Monterroso. Normal, yo también. Algunos votantes de Vox califican la concentración de poco democrática. No les parece propio de una democracia sana. Tienen el respaldo de las urnas, pero surge la pregunta: ¿Es lícito en democracia protestar contra el fascismo, hoguera de democracias? Más que lícito, es obligatorio, creo yo, si en algo se estima a la democracia.
Ahora bien. ¿Es Vox un partido fascista como dice el populacho o un partido transversal, como asegura Carlos Herrera? ¿Quizá de centro derecha, como le parece a Casado? Me voy al programa electoral. Leo algunos versos del programa: Eliminar las comunidades autónomas (aunque fueron a las elecciones andaluzas), expulsar a los inmigrantes (a ver quién coge ahora los tomates de El Ejido a 20 euros la peonada), construir un muro en Ceuta y Melilla, cárcel para las ONGs que ayuden a los inmigrantes, derogar la ley de violencia de género, la del aborto, la de Memoria Histórica, antieuropeísmo por un tubo (también van a las elecciones europeas), supresión de algunos partidos políticos consolidados y otras lindezas que contribuyen a esa convivencia pacífica, plural y democrática que tanto aman y que ahora los estudiantes quiebran con sus voces, malditos fachas.
Ustedes verán si es fascismo, transversalismo o centrismo, esto de Vox, ¿pero es razonable clamar contra un proyecto político que quiere prohibirme la mitad de mis derechos, haga o no uso de ellos? Creo que sí. O visto desde otro ángulo: ¿es razonable que un señor pretenda quitarme la autonomía, meterme en la cárcel por socorrer a inmigrantes, suavizar la ley que castiga la violencia contra mi hija o prohibir un partido político legal al que podría votar si me diera la gana, todo ello en plena democracia? ¿Sería razonable que un señor con semejantes intenciones me acusara de antidemócrata si yo saliera a la calle a protestar por lo que considero un atropello? Tengo la duda, porque esa facultad de atropellarme, paradójicamente, se la ha dado la democracia a la que ya avisaba con atropellar. Nadie puede engañarse, a nadie engañó: tocó el claxon. Está negro sobre blanco. En su programa.
De modo que tengo la duda, aunque ya se encargará la propaganda de disipármela. Quizá dentro de un mes, o menos, por opinar estas cosas, ya sea yo el fascista.

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