Una mujer inglesa fue diagnosticada a los 60 años con una enfermedad neurodegenerativa y le dijeron que no viviría más de cinco a siete años.
Al conocer la noticia, Jackie Dibb decidió utilizar los ahorros de toda su vida para darse varios gustos junto a su marido.
"Gastamos montones de dinero de un fondo de pensiones con alrededor de 10.000 libras esterlinas —alrededor de 14.000 dólares— comprando cosas innecesarias, desde reformar la casa hasta unas vacaciones familiares a Turquía", explicó Robert, su esposo.
Remodelaron el baño. 
Se compraron una heladera último modelo.
Sin embargo, el hospital le envió una carta a Dibb y le dijo que no padecía ninguna enfermedad, sino que sus molestias físicas como la pérdida de memoria, dolores de cabeza y fatiga, se debían a que sufría de depresión y ansiedad.
El matrimonio actualmente atraviesa una crisis económica ya que Robert renunció a su trabajo para cuidar de su mujer.