
Los primeros gobernadores de la Qurtuba islámica ya la constituyeron como centro administrativo de las tierras conquistadas. Sin embargo, el carácter tribal de los pueblos árabes y beréberes no tardó en acarrear disputas entre las distintas facciones que aspiraban al poder
La llegada del omeya Abd al-Rahman I, el Huido, el Desheredado, unió a los bandos descontentos con la política imperante y a los seguidores del futuro emir. En el año 756 se produce la toma de Córdoba y la proclamación de la misma como capital del emirato independiente de Al-Andalus. Abd al-Rahman I realizó la primera gran ampliación de la Mezquita Aljama de Córdoba y reconstruyó las murallas y el Alcázar. Fue Hisham I, hijo del primer emir, quien terminó las obras que comenzara su padre en la gran mezquita y levantó el primitivo alminar, hoy en día desaparecido. Con la llegada al poder de Abd al-Rahman II se produce la segunda gran ampliación del templo y la ciudad vive unos momentos de gran auge constructivo.

Alhakam II, hijo de Abd al-Rahman III dará paso a la época de mayor esplendor cultural y edilicio de la localidad cordobesa. Realiza la tercera gran ampliación de la Aljama , transportando toda la riqueza de Medina Azahara hasta la mezquita. Su sucesor, Hixam II, dedicado a reinar pero no a gobernar, dejó el poder a cargo del visir Almanzor, responsable de la tercera y última ampliación de la mezquita.
Tras la débil administración de Almanzor e Hixam, la unificación del reino no duró mucho. En el año 1013 se derrumba el califato, declarándose taifa hasta su definitiva caída.
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