miércoles, 24 de febrero de 2016

Cuando nuestra caspa política usa dinero público para ir a la peluquería

Strambotic
mariano
¿Qué extraña relación existe entre las peluquerías y el mundo de la corrupción? ¿Qué serie de tropelías financieras y abusos de poder han tenido salones de belleza como escenario? ¿Cómo han usado nuestros cargos públicos el dinero de los contribuyentes para aplicarse tratamientos capilares o permanentes? ¿Se ha pagado con dinero negro alguna botella de Filvit champú?
Muchas preguntas y casi ninguna respuesta más allá de los muros de estos establecimientos del retoque estético, donde igual que te haces unas mechas puedes lavar los beneficios de una trama criminal. Estos son algunos de los escándalos más sonados provocados por la falta de higiene capilar de nuestros políticos, algunos dignos de poner los pelos de punta:
– Se pagaba los tratamientos capilares con tarjeta black
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Protagonista: Rodrigo Rato

El ex director del Frente Monetario Internacional, Caja Madrid o Bankia necesitó, según contaba El Correo, un tratamiento capilar en 2010 para cubrirse el cartón, así que se dirigió a la peluquería Método Rossano Ferreti sita en el madrileño barrio Salamanca. Allí cargó a su tarjeta black un total de 171,75 euros por el mambojambo que le diesen para fortalecer su melena. Una bicoca, nada que ver con los 3.547 euros que se fundió en bebidas alcohólicas el 27 de marzo de 2011, imaginamos que para organizar una multitudinaria fiesta a lo El Lobo de Wal Street.
– Montó una peluquería para blanquear dinero
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Protagonista: Marcos Benavent
Según reveló El Mundo, Marcos Benavent, el ex gerente de la empresa pública Imelsa, antes de volverse hipster montó una peluquería en el centro de Valencia con el poco sutil nombre de Qué hay de lo mío, que en realidad servía para “lavar” parte del dinero negro de la presunta la trama criminal que operaba en el epicentro del PP valenciano, para que el dinero de las comisiones volviera al circuito legal. Luego Marcos se perdió en la noche durante un tiempo, hasta que vio la luz del amanecer en forma de testigo sandunguero y dejó de ser un “yonki del dinero”.
– Carga su gomina al Ayuntamiento de Zaragoza
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Protagonista: Pedro Santisteve
El regidor zaragozano de Podemos ha sido el último en sufrir en sus carnes el síndrome de la gomina. Compró en una peluquería el 18 de diciembre del pasado año un bote de gomina con un precio de  15,90 euros y lo cargó al erario público. Lo ha justificado como “productos destinados a la higiene personal” para el cuarto de baño de su despacho. El otro día, según leimos en El Periódico de Aragón, le espetó a los medios de comunicación “Si queréis me traigo el papel higiénico también de casa“.
– Gastaba 288 euros a la semana en Llongueras; y pagaba Aizoon.
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Protagonista: La infanta Cristina.
Según movimientos bancarios remitidos a Hacienda, la pareja de moda en nuestros banquillos gastaba más de 10.000 euros al mes en colegios, club de tenis y facturas de luz y agua; y la hija del Rey destinaba 288 euros a la semana a gastos de peluquería en Llongueras, para tratarse esa melena pajiza tan indomable. Ese tren de vida les llevó a necesitar fondos adicionales que extrajeron de Aizoon, según Hacienda, para pagar las facturas. Las cuentas también reflejan que Llongueras emitía cargos semanales o quincenales a la Infanta. No está mal gastar el dinero que gana el marido pero tienes un problema si ese dinero tiene un origen público, ilícito y para pagar menos impuestos incluyes el precio de la peluquería como gastos de empresa.
– Iba a la peluquería con coche oficial y escoltas

Protagonista: Ana Botella
En este caso el dispendio vino por otro lado. Como contó Público en 2011, la entonces concejala de Medio Ambiente y teniente de alcalde de Madrid protagonizó un vídeo de El Intermedio de La Sexta en el que se la veía llegando a la peluquería acompañada de toda una comitiva de guardaespaldas y un gran despliegue de vehículos. Incluso algunos dirigentes del PP criticaron a Botella por desplazarse de este modo para cuestiones particulares y le reprocharon que aún se sintiese como en la Moncloa, donde suponemos la peluquera le iría a casa.
– Pagaba la peluquería con la Visa Oro del organismo que dirigía
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Protagonista: Ana Gómez

Año 2011. Según Alerta Digital, la entonces gerente del Patronato Provincial de Turismo de la Costa del Sol, la socialista Ana Gómez, cargó un total de 290 € en concepto de gastos de peluquería a las tarjetas Visa Oro de las que disfrutaba por ser directiva de este organismo de la Diputación de Málaga. La directiva del patronato contaba entonces con nada menos que veinte tarjetas de crédito Visa,  para “libre disposición”. Ante el volumen de cargos en farmacias, le preguntaron «si renovaba cada semana el botiquín del Patronato de Turismo o es que las tarjetas se usaban para comprar artículos de uso personal».
– Otro que cargó su gomina a cuenta del Ayuntamiento
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Protagonista: Mario Amivilia

El síndrome de la gomina de los alcaldes españoles vienen de lejos. Publicó El País en 1999 que el alcalde de León, Mario Amilivia (Partido Popular) facturó entre los 170 millones de pesetas que tenía para gastar a su discreción, cinco botes de gomina. Dos de la marca Llongueras (1.058 pesetas) y tres de Poly Swing (1.239). 13’80 €. Cargó también 2.000 pesetas (12 €) para limosnas y otras 580 (3’5€) para la compra de dos hilos y una aguja con los que arreglarse el dobladillo. “Si quisiera lucrarme pasaría 300 comidas al año”. Pocas nos parecen.
Pasó cargos de 800 euros de peluquería a Bankia
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Protagonista: María Enedina Álvarez
El País sacó a la luz hace dos años que María Enedina Álvarez,  representante del PSM en la antigua Caja Madrid, cargó a su visa black cerca de 800 euros en gastos en peluquería durante el periodo “café para todos” de la entidad bancaria. Una ‘carrillista’ que se pasó a vocal del PSOE y que llamó “marrano” a Aznar se gastó 47.000 € con las tarjetas de Caja Madrid en sus cosas, entre ellas en cuidarse ese poco pelo que ahora se le ha caído.
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A Rita Barberá no le hemos encontrado ningún descubierto en una peluquería; pero el otro día hizo pellas de puesto de trabajo en el Senado y se pasó la sesión en un Salón de Belleza. ¿Qué pasará? ¿Qué misterio habrá?
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Con información de Alerta Digital, El País, El Mundo, Público , El CorreoEl Periódico de Aragón y El Plural. Chiste de portada, de Cibergwenza
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