La francesa Marine Richard, de 39 años, acaba de ganar una demanda por tres años bajo un régimen de pensión de 800 euros al mes gracias a que es alérgica al wi-fi. El problema de la mujer es que tiene sensibilidad electromagnética y le es imposible vivir rodeada de antenas de celulares, señales de radios y televisores, etc. Por ello se vio forzada a quejarse ante las autoridades.

​Durante un examen médico se explicó que la incapacidad funcional de la chica es del 85 por ciento y por ende, es incapaz de soportar la exposición a las conexiones de wi-fi.

Sorprendentemente, los tribunales comprobaron que la descripción de los signos clínicos es irrefutable y el Estado aceptó otorgarle 800 euros mensuales durante tres años, con probabilidad de prórroga.