Una joven inglesa de 19 años falleció misteriosamente en 2011. El miércoles se confirmó que la causa de su muerte fue su afición por los chicles. La mujer masticaba más de 14 chicles por día y se tragaba varios, ya que encontraron varios grumos en su estómago.
La presencia de esta sustancia en su sistema digestivo provocó que no pudiese absorber bien los nutrientes, por lo que sus niveles minerales bajaron fatalmente, informó su médico Paul Griffiths.
María, la madre de Samantha Jenkins, encontró cientos de paquetes de chicles libres de azucar en la habitación de su hija. La joven murió en sus brazos 4 años atrás. 
El juez de instrucción Colin Phillips estableció que la causa de muerte fue la mala absorción y se lo comunicó al servicio de monitoreo de drogas de Inglaterra para evitar nuevas víctimas.