domingo, 30 de marzo de 2014

“En los cuartos oscuros no se habla, se viene a disfrutar”

 
El local recomienda el sexo seguro en varios idiomas, mientras una repisa con 10 penes de cerámica brillantes y grandes dan la bienvenida al cuarto oscuro La Casita.

Por más de 15 años este sitio ha ofrecido las herramientas y espacios especializados para generar un sexo casual y placentero entre hombres.
Su recepción mantiene un orden específico. En lo alto, un artístico cuadro representando una orgía de unas figuras que asemejan a Ken, el novio de Barbie. También aparece Freddie Mercury con su chamarra amarilla y pantalones ajustados, piezas fundamentales para la llamada "Zona tenebrosa", una de las áreas de La Casita, explica Abel Quiroga, fundador del lugar.
De inicio, los anfitriones solicitan una cuota de 100 pesos para su sostenimiento, y a cambio de esto se entregan condones marca Trojan y lubricantes.
Si la persona desea ingresar a las regaderas o el baño de vapor, debe dejar un depósito de 50 pesos para recibir un candado, unas sandalias y unas toallas.
La Casita Monterrey, que en su fachada porta los colores de la bandera de la diversidad, es sólo una iniciativa entre las distintas actividades emprendidas por la asociación civil Acción Colectiva por los Derechos de las Minorías Sexuales (Acodemis), encabezada por el activista Abel Quiroga.
"Acodemis no es una organización de asistencia social, es una organización que trabaja en prevención, en la detención de nuevos casos, grupos de autoapoyo, prevención primaria", aclara.
Quiroga da la bienvenida a los visitantes con un cuadro de dos hombres que se dan un abrazo. Bajo está imagen se lee la frase "mi amigo es positivo y yo le quiero".
En el lugar abundan retratos de hombres desnudos. Esto es motivo suficientes para que las legisladoras panistas Blanca Lilia Sandoval y Carolina Garza consideren que este lugar pervierte a la comunidad.
"Son mensajes visuales, porque en los cuartos oscuros no se habla, se viene a disfrutar. Son puras imágenes sobre nuestros comportamientos, nuestra sexualidad, sobre nuestras vidas", declara Quiroga, mientras señala la fotografía de una pareja gay practicando sexo oral, con la leyenda en letras rojas "safe sex is hot sex".
Una de las actividades más habituales de quienes asisten a La Casita Monterrey es cazar hombres en el llamado "Limbo".
Se trata de un cuarto estrecho pintado con un verde olivo, en donde sólo hay una pequeña camilla negra dirigida hacia el único ventanal, que da al estacionamiento. El espacio es adornado con la imagen de un hombre tratando de quitar el bóxer con la boca a otro.
Al pasar el Limbo, entre la ceguera por la falta de iluminación, se vislumbran rejas, esposas, columpios y camillas negras.
"Dentro de la oscuridad tenemos el agujero de la gloria". Quiroga se refiere, entre risas, a una tabla de madera con un hueco circular especial para colocar la cabeza de la víctima.
Y al finalizar el recorrido, La Casita tiene su cuarto más solicitado: El Abandonado.
"Este cuarto es la que más se utiliza, es la más descuidada, porque hay un espectro en el inconsciente sobre las casas abandonadas, entonces da la sensación de que la gente está en una, y esos son los elementos gozosos", indica el activista, quien dice tomar estas ideas de los cuartos oscuros que visitó en Vancouver, España y Francia durante su juventud.
Entre cortinas con la bandera de la diversidad sexual, salas coloridas y mesas que muestran postales con Batman y Robin tomados de la mano, mismas que en al reverso explican cómo colocar adecuadamente los preservativos, Quiroga explica los motivos que lo llevaron a abrir este espacio.
"La Casita nace como una necesidad de la comunidad gay, como una necesidad de que estos hombres se sientan libres sin ser señalados, sin ser estigmatizados, como lo hace la diputada, con una ligereza".
Además, destaca que el espacio es beneficiado con otros donativos, pues hace poco el Fondo Global les donó 150 mil profilácticos y 3 mil geles estimulantes.
Al finalizar, agregó no tener miedo a las autoridades, pues dice contar con sus documentos en regla, en cuanto al uso de suelo y actas que declaran a Acodemis como una asociación civil, por lo cual no es un lugar clandestino, esto en respuesta a las legisladoras locales.
"La homofobia es lo que demostraron estas tres diputadas, su homofobia para defender el machismo, eso sí es perturbador", concluye molesto.