lunes, 10 de junio de 2013

La profesora de inglés

MIGUEL ÁNGEL TOLEDANO. PROFESOR DE LITERATURA 10/06/2013  
Torre del Reloj. Desde lo más alto sobre el río, extendidos hacia el verde del Sur profundo y frente al antiguo Castillo de Hisn Ashar, en el Mirador del Genil, la joven profesora detiene su mirada clara y tranquila sobre los muchachos que la atienden nerviosos antes de comenzar a responder el examen. Es la clase de inglés. Junto a la Sierra de las Ventanas, junio se muestra enebrado a una mañana nueva, limpia, cosida a la ligereza de los cuerpos que se abren, turgentes y lívidos, inmersos cada día en la fiesta más dulce, deslizándose enervados hacia la vida con la flor de la gayomba ardiendo en los cristales.
Y mientras los bachilleres se disponen a responder el cuestionario, la joven profesora pulsa para todos ellos una ligera sensación de calma que proviene del pasado. Enseñar es procurar que los muchachos hagan y se hagan. Siempre ha amado a sus alumnos, y ellos la quieren a ella. El examen ha comenzado y el silencio se apodera del aula. La vida ha sido intensa y la sensibilidad constante, fluyendo, salvo leves jirones de lava. Nadie la observa cuando descifra en silencio el contenido de sus recuerdos, la lenta y exacta geografía de la nostalgia, de una memoria que no solo recuerda hacia atrás, como ocurría en el cuento de Carroll, sino hacia adelante, recuperandoel esplendor de otros años que siguen siendo estos años.
Y entonces descubre que no guarda rencor por nada y sonríe con una sonrisa que se abre y da paso a otra sonrisa, y, tras concluir, les habla a sus alumnos de su viejo profesor, de su voz quebrada, la mirada intensa, de Los Arqueros Ciegos y sus poemas de amor y enfermedad, de cómo para él enseñar era vivir, escribir es vivir, de aquella mañana cuando, al acabar la clase y verle retirarse apresuradamente, se acercó a él para comentarle que le había gustado mucho el poema que ella había leído aquel día. Entonces él se detuvo, anotó unas palabras y, le entregó un papel en el que había escrito: "El poema habla de una niña que ahora es mi hija y algún día serán dos contigo. Tú serás una buena profesora. Me ha conmovido tu forma de leerlo tanto que he tenido que acabar la clase. Yo tampoco sé bien por qué, pero hoy he estado a punto de llorar". Ella no comprendió la frase aquel día, pero la guardó siempre. Y algunos años después, le escribió:
-Profesor, me gusta que tengamos cosas pendientes.