sábado, 9 de febrero de 2013

Urdangarin no tuvo piedad con una inquilina a la que había desahuciado previamente

Es muy probable que a Iñaki Urdangarin y a su ex socio Diego Torres se les juzguen por numerosos delitos que, con solo nombrarlos, podrían dejar sin aliento a cualquiera: malversación de caudales públicos, fraude a la Administración, delito fiscal, prevaricación… No obstante, a veces, son los pequeños detalles los que más indignan a la opinión pública. Y con el yerno del Rey hay un caso que lo ejemplifica perfectamente.

Ahora que a Urdangarin le van a embargar temporalmente varios de sus bienes después de agotarse el plazo para presentar la fianza solicitada por el juez de 8,2 millones de euros, conviene echar la vista atrás y centrar la mirada en uno de ellos, un piso en Palma de Mallorca propiedad de Aizóon, la sociedad que tenía el propio Urdangarin junto a su mujer, la infanta Cristina. Allí vivió durante un tiempo una mujer en régimen de alquiler. Fue desahuciada. Y Urdangarín no tuvo ninguna piedad con ella.

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El caso cobra relieve ahora, pero apareció ya hace unas semanas en los correos electrónicos del ex jugador de balonmano que publicó El País. En uno de ellos (noviembre de 2009), en conversación con su asesor, Marco Tejeiro, se demuestra cómo Urdangarin no puso reparos en recuperar hasta el último céntimo que su inquilina le debía.

Hola Iñaki:

Nos pregunta la abogada si una vez desahuciada la inquilina le ponemos demanda para cobrar las rentas que debe. Está localizada y se le puede embargar parte del sueldo. En principio me dice que lo intentemos, pero eso nos generará pagar unos honorarios a la abogada y al procurador.
Yo lo intentaría, son unos 9.000 €

¿Qué hacemos?

Un saludo.

Marco.


La respuesta de Iñaki no pudo ser más concisa:

Ok,
Iñaki Urdangarín


La conversación por correo no debería en principio alarmar a nadie, en el sentido de que se debate la posibilidad de demandar legalmente a una inquilina para recuperar el dinero que no ha pagado. El problema radica en el contexto: Urdangarín y su entorno peleaban hasta el último céntimo mientras, supuestamente, se beneficiaban ilegalmente con cantidades muchísimo mayores procedentes del dinero de todos ciudadanos.

Nada más se sabe de la desahuciada tres años después de este correo. No se conoce su identidad, su origen ni su situación actual. Lo que pocos dudan es que, si está en España y se ha enterado de toda la trama Nóos, es probable que ahora mismo se sienta más que indignada.