miércoles, 21 de noviembre de 2012

Arma de instrucción masiva

TANQUE. Esta es el "arma de instrucción masiva" creada por Lemesoff.

TANQUE. Esta es el "arma de instrucción masiva" creada por Lemesoff.

Edición impresa. Transformó un viejo Falcon en un tanque que, en lugar de arrojar de municiones, regala libros.Ya entregó 30.000 ejemplares, indica Diario Crónica.

Cuando las bombas yanquis empezaron a caer sobre Irak, en 2003, con la excusa de terminar con el peligroso régimen de Saddam Hussein y sus armas de destrucción masiva, Raúl Lemesoff se propuso mostrar la contraparte de tanta violencia injustificada. Ideó entonces un auto recubierto de libros para regalar. Fue entonces que empezó a recorrer el país en su “tanque”.

Desde entonces, ya entregó más de 30.000 ejemplares. “El proyecto nació años atrás, en plena invasión del ejército yanqui a Irak, cuando el gobierno de los Estados Unidos montaba una falsa campaña de armas de destrucción masiva para justificar una invasión injustificable”, le contó a Crónica Lemesoff, con su particular estilo, en una pausa en su tarea diaria.

Para marcar la gran “contradicción” con la guerra, bautizó a su creación como “Arma de Instrucción Masiva”, un viejo Ford Falcon de 1979 que transformó en un tanque cubierto de libros, con el único objetivo de regalarlos y llevar la cultura a todo el país. “El ‘Arma’ recorrió más de 100.000 kilómetros en todo el territorio nacional y entregó más de 30.000 libros”, comentó y detalló que transporta “todo tipo de libros, menos religiosos”.

“Llevamos obras de teatro, ensayos científicos, de ciencia ficción, noveles, textos de estudio”
para regalar a cualquiera que se “comprometa a leerlos”.“La gente reaccionó bien, es algo inesperado, es algo que te vuela la cabeza y el ‘Arma’ te impacta”, celebró Lemesoff. Por último, al terminar el diálogo con Crónica, se quejó por la falta de apoyo que las autoridades le dan a su proyecto cultural.

Los libros que pasea por el país y regala son donaciones, pero no recibió “ninguna ayuda” de las autoridades. Incluso, se quejó porque “el gobierno de la ciudad había prometido un subsidio” que nunca llegó.

Sin embargo, las dificultades no le hicieron resignar su sueño y siguió adelante con más fuerza, para que “10 años de labor no se vayan a la basura”. La cultura y el amor por la lectura le están agradecidos.