sábado, 28 de abril de 2012

Cristóbal M. Toledo pintor nacido y residente en Castro del Río

Sobre el cartón se demora el pincel, va construyendo líneas.
Organizando manchas.
Ahondándose en lo plano hasta ser lejanías.
Acercándose tanto que va trochando rosas...
Va, viene
y, sobre la paleta se derrama el paisaje.
Tan cerca estoy de él,
que con las gafas juego a irlo desenfocando.
Tan cerca estoy de ti,
jugando con mi boca a hacerte una caricia...
“Puedo?”.
Te siento yo tan cerca, que tu aliento en mi hombro me contagia de fuego.
Tan cerca,
que tu voz se hace brisa y acaricia mi oído,
se me hace tu piel campos, soleados, de trigo.
Potrillos son tus ojos, adentrándose en mí,
amanecida loca de pájaros y trinos...
Tan cerca están tus labios,
que su aroma yo muerdo
y su curva yo sigo.
Tan cerca estoy de ti
que te siento conmigo.
Ahora, cuando trato de dar forma a la presentación
de este catálogo de agradecimiento
con el que el pueblo y las autoridades de Castro
del Río, mi pueblo, quieren honrarme, concediéndome
el nombramiento de “Hijo Predilecto”
y bautizando con mi nombre ese parquecito que
tengo frente a mi casa de Mirazhara, me vienen
al recuerdo mis principios como pintor, allá por el
año 1963.
Curiosamente unos meses antes, yo había sido invitado
a exponer mis cuadros en los salones de la
Biblioteca Nacional. Allí fueron invitados de honor
nombres tan señeros como Daniel Vázquez Díaz.
Anteriormente yo había enviado a la Asociación
de Pintores que Pintan con la Boca o con el Pie,
dos cuadros para solicitar la concesión de una
beca, cuadros que ahora colgaban en los salones
de la Biblioteca Nacional con el consiguiente diploma
reconociéndome como becario de dicha
Asociación, cuadros que hoy os muestro en la exposición
que tenemos en Castro.
Había viajado a Madrid unos días antes, acompañado
de mi madre con una caja con 17 obras
que expuse en mi habitación del hotel Plaza. Uno
de aquellos días invité a ver los cuadros a los directivos
de la Asociación y en su conversación, en
alemán o inglés, pude entender los nombres de
Monet, Manet, Renoir, Van Gogh, refiriéndose a la
influencia de estos maestros sobre mi obra.
Para un chico de pueblo que comienza su trayectoria
artística, de verdad... esos nombres, sonaban
a gloria.
En Castro, los amigos de mi padre: Lorenzo Calderón,
Juan Antonio Fuentes López y Javier Criado
(que después sería mi maestro) me organizaron
una exposición durante Feria Real de aquel año
en una sala que había sido Casino, cerca de la
farmacia de Lucas Criado, frontera al bar “Capricho”.
¿Tantos años hace de todo esto?
Después exposiciones en Cabra, apadrinado por
José del Río, un pintor castreño de bonitos cuadros
taurinos..., en Córdoba, en Barcelona y un largo
etc. de lugares tanto en España, como en el
extranjero.
Agradecer... ¿Cómo podría ser de otra manera?
la ayuda prestada desde aquel lejano 1963
por la Asociación de Pintores que pintan con la
Boca o con el Pie y por su presidente actual, el Sr.
Fran Moosleithner en tantas y tantas exposiciones
a través de lugares tan lejanos y distintos como
Vancouver, Shangai y todos esos lugares que componen
una larguísima serie de exposiciones. Son
como un enorme y multicolor ramo de flore que
han ido desgranando y hermoseando mi idea
más bella sobre todo lo español y por supuesto,...
castreño.
Y quiero agradecer al Excelentísimo Ayuntamiento
de Castro del Río presidido por el Sr. Alcalde y su
Corporación Municipal.
Hasta por fin, y como volviendo a mis principios,
felicitarme por estos actos que tanto me honran allí
donde comencé, en mi pueblo.
Siempre, para bien o para mal, me he sentido castreño.
Aquí instalé mi casa y formé mi familia, abrí
mi galería y por largo que fuera el viaje, aquí he
vuelto siempre, y de esto sabe bastante mi amigo
Cristóbal Marín, que siempre me acompañó. Hasta
aquí, y desde hace años tengo esa pequeña
casa donde descansar por los siglos de los siglos.
Mientras tanto, sigo mi trabajo. A veces con ganas,
otras con menos porque el tiempo pasa y a
todos nos va dejando esa huella, esa desgana.
Ley de vida.
Repito mi agradecimiento y espero veros a todos.
Vaya por delante un fuerte abrazo,
Cristóbal M. Toledo
Mirazhara, Mayo 2008