El machismo imperante en el mundo de la música.
Asier Lemuria
Agosto de 2012 estaba terminando cuando Marina & The
Diamonds, cantante galesa de ascendencia griega se disponía a rodar el
videoclip para su canción "How To Be A Heartbreaker". El dúo Marc &
Ish lo dirigió.«Yo tenía al 100% el control creativo de este videoclip en mis manos», declaró la cantante para el diario The Sun. Ahí va una pregunta: ¿cuántos videoclips has visto hasta ahora en los que hombres vestidos se pasean dominantes entre mujeres semidesnudas, reduciéndolas a ser objetos de deseo, exhibidos para atraer y complacer al espectador masculino? Es un patrón sexual viejísimo. A pesar del innegable auge en el respeto hacia la figura femenina y la evolución hacia la equidad de género en las últimas décadas, se sigue haciendo apología a esta clásica dominación sexual demasiadas veces (en la música pop tenemos como claro ejemplo la reciente y más que misógina letra de Blurred Lines, con el videoclip que la acompaña). La mujer exhibida como objeto en manos de hombres confecciona un producto que busca ser consumido por un público hegemónicamente masculino, cómplice de este trato. Hemos tragado con esta dinámica, alimentada por y asimismo alimentando al arte, a los medios de comunicación, a la moda, a las religiones, y todo esto durante tanto tiempo, que ya ni nos sorprende, lo aprobamos por pasiva.
Bien, pues en un intento de invertir esta norma (y volviendo al hilo, que me pierdo), Marina & The Diamonds declaró: «Venga, quiero seis modelos de Calvin Klein para el vídeo, vamos a ponerlos en la ducha con bañadores de Speedo, y yo estaré en medio frente a la cámara». Una apuesta totalmente legítima. ¿Si un montón de hombres han jugado al juego de llevar las riendas y rodearse de objetos sexuales a su servicio, y nadie se ha alarmado por ello, por qué no podría Marina hacer lo propio? La cantante se agenció modelazos tales como Rudi Dollmayer y Jensen Mikkel, y rodó un vídeo en el que se mostraba a los hombres como objetos de deseo, mientras que ella jugaba el rol de chica rompecorazones, una mujer independiente, segura de sí misma, sin miedo a gobernar su propia sexualidad y disfrutar de ella. Los directores Marc & Ish comentaron: «En esencia, nuestra intención era responder firmemente a las normas imperantes a la hora de romper corazones, con un gran sentido de travesura».
Pero las piedras no tardaron en aparecer en el camino de nuestra amiga. El día 19 de Septiembre de 2012, Marina & The Diamonds nos hizo saber a través de su cuenta de Twitter oficial: «Alguien desde mi sello discográfico no me deja publicar el videoclip, porque aparezco fea en él. Al parecer, necesitamos más dinero y tiempo para arreglar las partes en las que salgo fea. Espero que el vídeo esté listo para el fin de semana». Marina & The Diamonds podrá haber tenido el control creativo absoluto sobre el videoclip (si ella lo dice, no lo vamos a negar), pero estaba claro que el producto iba a tener que pasar por varios filtros antes de ver la luz. Y pondría la mano en el fuego diciendo que la persona que dio la orden de reeditar el clip desde la discográfica era un hombre, y no una mujer.
La intención que se oculta tras la decisión de bloquear el vídeo es tratar de resexualizar, embellecer en el sentido más objetizante a Marina como mujer, ante la sobrecarga de sensualidad masculina que la rodeaba. Estoy seguro de que ningún ejecutivo dirá jamás: «Pitbull, tenemos que bloquear y reeditar tu videoclip, lo sentimos mucho pero sales demasiado feo en comparación a las macizas en tanga que bailan a tu alrededor en el yate blanco». El machismo que se esconde detrás de este gesto es enorme, es una respuesta a la naturaleza propia del videoclip de Marina, a la intención de su argumento, y todo esto queda en evidencia con el simple hecho de que no se podría extrapolar la situación a un videoclip de Lil Wayne o Big Sean. Porque son hombres y como tales no se les exige complacer la demanda sexual de nadie. Es como cuando un "periodista" le preguntó a Adele: «Ahora que eres una cantante famosa, ¿no crees que deberías perder peso para dar imagen?». ¿Os imagináis a alguien preguntándole a The Notorious B.I.G. esa misma pregunta en su momento? Impensable, ¿verdad? Porque a una mujer se le pide ser atractiva, se le ejerce esa constante presión que a los hombres por el contrario no (o al menos no de manera tan agresiva). Menos mal que Adele, dando una lección de dignidad respondió: «Yo hago música para los oídos, no para los ojos».
El videoclip de "How To Be A Heartbreaker" fue revisado y reeditado. Una vez los hombres de la discográfica vieron a Marina suficientemente atractiva como para ser exhibida, el vídeo fue publicado el 28 de Septiembre de 2012 en YouTube.
Pero los problemas no habían terminado aquí para la cantante. Al comenzar con la distribución del vídeo para promocionar el tema, la discográfica recibió notas de rechazo de algunas cadenas de música americanas. Marina declaró lo siguiente: «Algunas cadenas se negaron a emitir el videoclip alegando que era "homoerótico". Sin embargo, al conversar con ellos aceptaron que si hubieran sido mujeres las que se mostraban en el vídeo, no habría problemas para pasarlo a emisión».
¿Flipando o no? El vídeo tuvo que pasar por manos de gente tan cuadrada que, en vez de desaprobar el videoclip por ser "erótico para el público femenino", lo desaprobaron antes por "homoerótico". Esto, además de ser un burdo gesto de homofobia, constituye la negación total de la existencia de un público femenino que puede disfrutar de ver hombres desnudos. Es establecer que los ojos que ven y consumen contenido son siempre ojos de hombre. O al menos parece que son los únicos ojos dignos a tomar en cuenta según estas cadenas de televisión.
Yo no trato de legitimar que los hombres sean tratados como objetos sexuales. No se trata de eso. Pero creo que si nos ponemos a jugar a este juego, al menos deberíamos poder jugar todos por igual, mujeres y hombres, y no sólo hombres como hasta ahora. Mientras sigan saliendo videoclips como o "Satisfaction" de Benny Benassi o "Destination Calabria" de Alex Gaudino, espero que salgan también más como "How To Be A Heartbreaker". Muchos más. Necesitaremos miles y miles de ellos para equilibrar la balanza que lleva tantísimo tiempo caída hacia el mismo lado.
¡Sexo libre y placer sin prejuicios para tod@s!