Un hombre pidió a su secretaría un café con
leche, ella muy obediente lo preparó, pero para darle mejor
consistencia y sabor le agregó un poco de leche recién "ordeñada" de su
propio pecho.
Aunque le gusta su jefe y mantiene un coqueteo discreto con él, la mujer decidió darle una lección. Cuando el hombre le pidió un café con leche, ella muy obediente fue a la cocina, preparó el café, buscó un poco de leche de cartón y luego, para darle mejor consistencia y sabor, agregó un poco de leche recién "ordeñada" de su propio pecho.
Así mismo, la secretaria vertió un poco de su leche en el cartón que luego guardó en el refrigerador, de esta manera habría reservas frescas para toda la oficina.
Ahora ¿se les antoja un café con leche?