- Por Redacción |
- 30.01.2014 |
- 18:56 h.
Es imposible no tenerles cariños. Los pijos son uno de esos grupos sociales que, lejos de extinguirse, han mutado y se han perpetuado en el nuevo milenio. Sí: puede que no exista un “orgullo de pijo”, y que muchos renieguen del adjetivo. Pero haberlos, hailos; y gozan ya de una tradición que podemos estudiar para entonar un “¡que nostalgia los pijos de antes!”.
Pero… ¿eran tan diferentes? ¿Cómo identificábamos en los 80 y 90 a los niños de papá, cuando no había Abecrombie? Teníamos otras marcas, otras modas, otras músicas. Y el padre del pijo con el que sale tu prima llevó naúticos y pesqueros en pleno Madrid, tuvo un Golf… y una pegatina de Snoopy con la bandera de España.
Los Martinelli náuticos
No diga naútico, diga “Martinelli”. No hay pocholo sin su zapatito de marca que, por supuesto, había que llevar sin calcetines. Los aspirantes se conformaban con unos Pielsa.
Ideales para… Pasear por el club naval.
El pantalón pesquero para él…y para ella
El eterno complemento ideal de los naúticos. MC Randy y DJ Jonko se reía de ellos en el clásico “Hey pijo“. Y con razón: verlo en ciudades del centro era algo ridículo.
Ideales para… Complementar con aquellas pulseritas de plástico de Gucci.
Las chaquetas austriacas (para él y…¡para ella!)
Para cuando empezaba a venir el frío, estas caras chaquetas abrigaban y dejaban claro que uno era de “familia con posibles”. En tono verde eran lo más, pero también mutaron en moradas. Y dejaban más pelusilla que un Collie barbudo.
Ideales para… Combinar con unas gafas de sol Lotus, para completar el cuadro. O con un gorro de montería.
El polo Lacoste con la camisa por fuera
Los Lacoste se identifican inmediatamente como la elección del joven pudiente de las décadas pasadas: su fama es tal que no hay disfraz de carnaval de pijo que no incluya uno de estos polos .
Ideales para… Ir a perfeccionar tu swing a tu campo de golf favorito.
El Snoopy con bandera de España
Por algún motivo, el personaje de la deliciosa tira de Schulz fue adoptado por las clases más adineradas sin que hubieran leído ni una sola de sus tira. Simplemente, el perro de Carlitos les hacía gracia y quedaba bien en camisetas y complementos para ellas.
Ideales para… tu coche. Una pegatina del can con la bandera del país siempre quedaba bien.
El pelo engominado
El pijo tiene pelazo, y hay que mantenerlo a raya. Nada mejor que tenerlo hacia atrás y bien engominada: siempre bajo el control, como debe ser.
Ideal para… Lucir en los pasillos de alguna facultad privada de empresariales.
El Golf
El coche pijo por excelencia durante años. Si ya era GTI, la leche. Que no os engañen Hombres G: el Ford Fiesta, en principio, era bastante más modesto.
Ideal para… Llevarse a Piluca a ver un partido de algún Sánchez-Vicario.
El jersey rosa al cuello (Privata, a poder ser)
¿Hace demasiado calor para llevar Jersey? No importa: los pijos hacían de su necesidad una virtud y convirtieron esa imagen en el símbolo de la clase pudiente. Mejor de rombos, claro está.
Ideal para… fans de Carlton Banks, nuestro pijo televisivo favorito.
El pop nasal
Hombres G marcaron el camino, y Modestia Aparte y Terapia Nacional tomaron su relevo a principios de los 90 para convertirse en los grupos que sonaban más en los radiocas de los Golf, junto con algún clásico como Los Secretos o Mecano, también muy apreciados en esos entornos.
Ideal para: Escuchar en el coche camino de la estación de esquí.
Baqueira
En los 80, sólo esquiaban los pijos. Y si estos querían ver y dejarse ver, tenían que peregrinar al menos una vez en la vida a esta estación.
Ideal para: Impresionar a alguna incauta invitándola un fin de semana. Caía seguro.
