Mientras tanto, ardía Twitter y brotaban (o chorreaban, con perdón de los expertos de Navarra) propuestas 'superadoras' como esta.
Pensé en Venus y en su insistencia sobre lo gozoso y saludable que es el sexo a solas. Ayer mismo nos comentaba que intentó el 'no fap challenge' (no masturbarse por una semana) para mejorar la concentración -o algo parecido prometen los que proponen el reto- y que solo duró cinco días en el desafío... pero eso se los contará ella, con más detalles.
Pensé en la libertad de confesar las fantasías al que las provoca, porque creamos así un espacio de complicidad afectiva: decimos piropos lindos y nos acercamos, con cariño. Hace poco, le confesé a alguien que al día siguiente de una tranquila charla de café, antes de cualquier approach, me había recreado en él (en sus manos, en su boca, en su voz, en sus hombros) para mi sesión de autosatisfacción.
Pensé en lo que les pone a los hombres que les contemos que orgasmamos por nosotras mismas.
¿Puede haber algo más saludable que el orgasmo y algo más sano que saber procurárselo, conociendo el propio cuerpo? Hay, incluso, quien dice que el clímax femenino es más potente sin penetración, porque las paredes de la vagina se contraen sin el límite de un cuerpo llenando ese potente vacío.
También es compartir. A mí me encantaba que un novio lejano que tenía me contara los detalles de sus fantasías, su recuperación de los recuerdos de las veces que habíamos hecho el amor, ahora aprovechados en la singularidad de la distancia, el diálogo romántico, su estar a solas conmigo sin mí...
Natalie Portman en 'Cisne negro'.
No nos cuesta imaginarnos a los varones masturbándose, pero deseamos que las mujeres sientan la misma libertad, sobre todo en la adolescencia. A partir de la delicada y necesaria masturbación de Natalie Portman en Cisne negro,reflexiono sobre el espacio de intimidad que a algunos chicos/as les falta en la adolescencia.
¿Con qué virtud se nos investirá en el reino de la Tierra o el cielo por evitar la masturbación?