Un pescador de Noruega se llevó flor de sorpresa al hallar en el vientre del pescado, el vibrador de 15 a 16 centímetros. Al parecer, el animal se lo habría confundido con un calamar. "Sabía que los bacalaos tragan todo lo que encuentran, pero no me esperaba algo así", señaló.
Un pescador noruego se llevó
esta semana la sorpresa de su vida al encontrar un consolador de
respetable tamaño en el vientre de un bacalao.
A Bjoern Frilund, de 64 años, le llamó la atención la extraña forma de un pez de 5 a 6 kilos que acababa de capturar en su red, en la costa oeste de Noruega.
“Primero salieron dos arenques y después encontré ese objeto de goma”, de color anaranjado y “15 a 16 centímetros de largo”, contó.
“Yo ya sabía que un bacalao traga casi todo lo que encuentra, pero no me esperaba algo así”, comentó. “Hay tantas posibilidades de que esto vuelva a ocurrir como de recibir un meteorito en la cabeza”, estimó.
El hijo del pescador, Marius, inmortalizó el hallazgo en una foto y descartó que se tratase de una broma de su padre, dado que el vibrador se encontraba en el fondo del estómago del pez.
Bjoern Frilund cree que el bacalao confundió el “sextoy” con un calamar. El aparato tenía aún su motor, aunque estaba sin pilas.
En cuanto a las hipótesis sobre su procedencia, el pescador cree que pudo ser arrojado al mar desde algún navío de turismo que recorre el idílico litoral noruego, después de alguna experiencia frustrante.
A Bjoern Frilund, de 64 años, le llamó la atención la extraña forma de un pez de 5 a 6 kilos que acababa de capturar en su red, en la costa oeste de Noruega.
“Primero salieron dos arenques y después encontré ese objeto de goma”, de color anaranjado y “15 a 16 centímetros de largo”, contó.
“Yo ya sabía que un bacalao traga casi todo lo que encuentra, pero no me esperaba algo así”, comentó. “Hay tantas posibilidades de que esto vuelva a ocurrir como de recibir un meteorito en la cabeza”, estimó.
El hijo del pescador, Marius, inmortalizó el hallazgo en una foto y descartó que se tratase de una broma de su padre, dado que el vibrador se encontraba en el fondo del estómago del pez.
Bjoern Frilund cree que el bacalao confundió el “sextoy” con un calamar. El aparato tenía aún su motor, aunque estaba sin pilas.
En cuanto a las hipótesis sobre su procedencia, el pescador cree que pudo ser arrojado al mar desde algún navío de turismo que recorre el idílico litoral noruego, después de alguna experiencia frustrante.