historia / 11/04/14 En 1913 un alemán llamado Richard Platz envió un mensaje en una botella sin saber que ésta lo inmortalizaría y lo haría famoso más de cien años después. El mes pasado, un pescador alemán llamado Konrad Fischer exploraba las aguas del Mar Báltico cuando se cruzó con la botella de Platz.
Fischer llevó la botella al Museo de Marina Internacional en Hamburgo con la intención de saber más sobre su contenido. El experto Holger von Neuhoff, del mismo museo, declaró que es el mensaje más viejo que se ha encontrado. Es increíble cómo es que la botella se ha mantenido intacta por tanto tiempo".
Dentro de la botella se encontraba una postal danesa con dos estampillas alemanas. El mensaje, redactado por Platz, pedía a quien encontrara la botella que enviara la postal al domicilio del mismo remitente en Berlín, el resto del mensaje es ilegible.
Basándose en un árbol genealógico y en la dirección escrita en la postal, un grupo de investigadores pudo encontrar a la nieta de Richard Platz. Su nombre es Angela Erdmann, tiene 62 años y vive en Berlín, pero nunca conoció a su abuelo, quien murió a los 54 años de edad en 1946.
Platz era el hijo de un panadero alemán. Tenía 20 años en 1913, cuando se envió la postal desde el Báltico. Tuvo dos hijas Gudrun y Sieglinde.