Hay ciertas cosas que nosotros vemos en los hombres que nos hacen morir de amor o de deseo y ellos ignoran. Esta es la lista de las actitudes que nos encantan.
Cuando los hombres se esfuerzan por ser sexys buscan siempre las
fortalezas típicas que ellos consideran infalibles como el físico o el
dinero. Nada más equivocado para llegar a una mujer. Sí, seguro nos
puede llamar al atención un hombre guapo, pero lo que realmente nos
gusta de un hombre es su actitud ante la vida y determinadas
situaciones.
Su pasión por la vida. Nos
encanta, nos seduce ver a un hombre concentrado en algo en lo que
trabaja con pasión, con el ojo pegado en el objetivo de la cámara,
sumergido en el teclado de la computadora, subido al techo arreglando
algo, cuando toca un instrumento muy lejos de la realidad del mundo,
cualquier cosa que haga que pierda la noción del tiempo y del espacio.
Es ahí donde vemos su perfil auténtico, lo que le define.
Cuando demuestran lo que sienten.
No es cuestión de que lloren con todo, pero cuando vemos una lágrima de
emoción verdadera o escuchamos su risa franca y feliz, nos sentimos
felices con ellos. Otro detalle irresistible es cuando se sonrojan al
recibir un elogio, incomparable su rostro avergonzado y arrebolado de
placer.
Cuando demuestran empatía con los que amamos.
Cuando demuestran interés en lo que a nosotras nos gusta, se preocupan
por metas y se interesan por conocernos un poco más, pueden llegar a
derretirnos de muchas formas.
Un hombre que sepa mantener una conversación interesante.
A nosotras nos encanta hablar y escuchar, somos naturalmente
comunicativas y un hombre que sepa mantener una conversación adulta
sobre temas interesantes es algo que nos seduce mucho.
Que tenga un hobbie. Los
hombres que además de su pasión por su profesión tienen un hobbie son
terriblemente interesantes. Que practiquen un deporte (y que además sea
poco común como el basket, baseball o tenis) los hacen más excitantes
aún. Además claro de su gusto por series y su fascinación por sumergirse
en temas de los que no conocen mucho.
Además hay gestos y detalles cotidianos que
nos resultan muy muy atractivos y que ellos no considerarían nunca, como
salen del mar o la piscina y quedan goteando mientras se sacuden el
cabello, cuando conducen tarareando con una mano en el volante y la otra
sobre nuestra pierna, cuando nos miran excitados sexualmente o cuando
se aflojan la corbata.