Hace dos años y medio fui detenido en la calle y diez policías
registraron mi domicilio llevándose multitud de cosas tan peligrosas
como libretas, libros, camisetas, fotografías, ordenadores, etc. No sólo
mías, también de mi familia. Luego me llevaron a la comisaría de Madrid
y tras ser interrogado me dejaron tirado en un calabozo sin derecho a
aseo ni siquiera algo para poder tumbarme o taparme. Al día siguiente
pasé a disposición judicial y fui liberado con cargos.
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