martes, 7 de enero de 2014
Los artistas españoles comienzan a pintar un futuro en el que los actuales políticos paguen por sus crímenes
Ha sido la peor Navidad del siglo XXI, con los comercios vacíos, las calles sin los antaño días de alegría y sin esperanza alguna. Salvo los políticos y demás miembros de la “casta” partitocrática española, que celebran sus “pagas extras” con el dinero del contribuyente, el resto de la sociedad civil, empobrecida y aún perpleja por este robo de los caudales públicos creciente y masivo, permanece anonadada. Y en las ocasiones que puede salir a la calle a protestar es literalmente masacrada, como le ocurrió al grupo de jóvenes mujeres que hacían oír su voz contra la nueva ley del aborto. Pero en este clima de desesperación colectiva ha surgido una pequeña luz: la han encendido los artistas independientes, que ya comienzan a dibujar un futuro en el que los actuales políticos pagan sus crímenes. Y son cada vez más: antes fueron Santiago Sierra, que abrió el camino, Jorge Galindo, la “Generación 66″ a través de su exposición “Con dos colores” (que intentó censurar el Ayuntamiento de Madrid) y hoy es el fotógrafo Martín Echeverría.
Los ciudadanos españoles discuten sobre como han podido caer en las redes de lo que ya abiertamente denominan “Mafia”, que pretende perpetuarse en las elecciones de 2014 y 2015 y se presenta de nuevo poniendo como excusa la crisis que ellos mismos han creado: ayudas multimillonarias de los políticos a los bancos, autonomías, clubes de futbol, ayuntamientos y constructoras (por la vía de las pequeñas y grandes obras públicas innecesarias y eternas que generan comisiones) hacen crecer el hastío y la impotencia ciudadana: oposición y sindicatos se muestran cómplices con el poder porque forman parte de él vía subvenciones o corrupciones que deben tapar.
Desalojar a toda la élite política y sindical del país y sustituirla por cualquier otra, sea del signo que sea y mejor aún sin experiencia política alguna, es la primera prioridad nacional, para lo cual la sociedad civil debe favorecer su unión -y denunciar y castigar a los que la boicoteen- en torno a un programa de mínimos para paliar esta emergencia nacional. El segundo objetivo es que la actual casta pague sus crímenes y para ello solo hay que asegurar la división de poderes: que el Ejecutivo sea elegible por los ciudadanos (Jefe de Estado por votación), que el Legislativo sea elegible por los ciudadanos (no por las mafias de los aparatos de los partidos sino de forma abierta, en circunscripciones pequeñas y con una ley que consagre la igualdad de un ciudadano = un voto y no la adulteración actual) y lo más importante: un poder judicial independiente de los partidos, con su propia policía judicial y donde las formaciones políticas no puedan ni acercarse para cohechar a sus integrantes.
Todo ello va a depender del tino que los españoles tengan en las urnas, no tanto para acertar a quien eligen, sino para desalojar a los que les mienten y roban impunemente: PP, PSOE, IU, CiU, PNV, CC.OO y UGT fundamentalmente (hay algunos más), pues sus bases son incapaces de desembarazarse de las mafias que los controlan y que hacen campear la corrupción desde Madrid a Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Canarias, Galicia, las dos Castillas, Murcia, Cantabria, Asturias, Navarra, Aragón o País Vasco, por poner los ejemplos más llamativos o mejor ilustrados por los medios de comunicación y cuyas constantes denuncias también llegan hasta este “Espía en el Congreso” por medio de ciudadanos, abogados y periodistas.
Así lo han visto al menos los videoartistas Santiago Sierra y Jorge Galindo, que en su vídeo “Los Encargados” señalan explícitamente a siete dirigentes del régimen como los máximos responsables de lo que está ocurriendo ahora en España: Juan Carlos, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, Jose María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
El periodista Anxel Grove lo describe así: “Siete Mercedes Benz negros circulan a velocidad de cortejo fúnebre por las calles de Madrid. Cada uno lleva sobre el techo un enorme retrato cabeza abajo. Son cuadros en blanco y negro, hiperrealistas pero con acabado crudo, casi de fotos policiales”. La procesión mortuoria es obra de “dos agitadores que desean señalar a los “responsables” de la situación límite española”. Ellos siete son “los encargados de representar los intereses de la banca, del Pentágono, de Roma, de los terratenientes, del Ejército y ejecutar políticas asesinas que comenzaron con el gran timo de la transición y llegan a nuestros días con el país al borde del abismo económico y social”, según sus autores. Aliados desde los años ochenta, cuando formaban el dúo de grafiti Comando Madrid, Galindo y Sierra califican “Los Encargados” como una exposición “revancha” y de “contrapropaganda” que tiene la intención “de señalar, incomodar y responder al poder con un arte crítico y sin mordaza”.
Santiago Sierra fue noticia al rechazar en 2010 el Premio Nacional de Artes Plásticas, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 30.000 euros. “El premio instrumentaliza en beneficio del Estado el prestigio del premiado”, declaró en una carta abierta. “El Estado no somos todos: el Estado son ustedes y sus amigos. Por lo tanto, no me cuenten entre ellos”. Además, Sierra acusaba en aquella ocasión al Estado de participar “en guerras dementes alineado con un imperio criminal, donar alegremente el dinero común a la banca y estar empeñado en el desmontaje del estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local”.
El fotógrafo Martín Echeverría es igual de cáustico: “Os presento los dibujos – ilustraciones de la serie que titulo “Homeless. ¿Pensarían igual en esta situación?” En ellas retrato a políticos españoles en situaciones de desamparo, viviendo en la calle. Siempre he creído que el arte es hijo de su tiempo, que debe reflejarlo. En un ejercicio de imaginación he puesto al presidente del gobierno Mariano Rajoy, Cristóbal Montoro, y a Esperanza Aguirre en el mismo dramático momento al que están llevando a cientos de miles de familias; y sólo me pregunto…, ¿pensarían igual en esta situación? ¿les parecería tan lógico dar miles de millones de euros a los bancos mientras a su vez recortan en sanidad, educación, justicia…? Creo que el arte de estos tiempos es en blanco, negro y tonos grises, porque nos han robado los colores y los tienen bien guardados en paraísos fiscales”.
Sierra, Galindo y Echeverría son ya artistas de prestigio internacional, pero a ellos se ha unido una pléyade de 66 jóvenes creadores que expusieron con igual sorna y firmeza su visión sobre la casta política española. “Con dos colores” -un tropo literario que evoca a la popular expresión castiza española que alude a los órganos sexuales masculinos- ha terminado el año con más de 1000 seguidores en Facebook y anuncian que “próximamente, para celebrar un más que catastrófico final de un 2013 corrupto y podrido, volveremos a la carga con proyectos renovados y alguna que otra sorpresa”.