Cuando la señora Wang, de 37 años, descubrió alarmada que su esposo la engañaba desde hacía varios años, apeló a un escuadrón de agentes secretos, llamados, los “alejadores de amantes”, el último recurso parasalvar matrimonios en China.
Afp
Antes que pedir el divorcio, que le habría hecho perder su estatus social y económico, contrató a una cuarentona aguerrida encargada de ganarse, con mucha discreción y algunas artimañas, la confianza de la intrusa y convencerla de que deje al marido promiscuo.
En apenas dos meses, la relación voló en mil pedazos.
La señora Wang dijo haber pagado entre 60 mil y 75 mil dólares por el servicio. En un país donde el divorcio y el adulterio se han disparado, el mercado está en expansión.
La empresa utilizada por Wang, Weiqing (“Protección de los sentimientos” en español), posee 59 filiales que ofrecen conferencias y asesoría jurídica gratuita.
Su fundador, Shu Xin, de 48 años, dice contar con 300 agentes.
"Mi objetivo es impedir los divorcios", asegura Shu en el elegante edificio que alberga sus oficinas en Pekín. "Cada año salvamos así 5.000 matrimonios", afirma orgulloso.
Diplomados en Sicología, Sociología o Derecho, estos Sherlock Holmes del corazón deben tener tres años de experiencia en asesoría antes de ser enviados "al terreno", donde se hacen pasar por vecinos, porteros o niñeras.
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