Ha vuelto a pasar. Hace escasas horas, los más pequeños de cada casa -y los no tan pequeños- se encontraban los clásicos regalos que le ponen punto y final a la Navidad. Sus Majestades, los Reyes Magos de Oriente han transportado desde no se sabe muy bien donde hasta millones hogares ilusión envuelta en papel de regalo.
Melchor, Gaspar y Baltasar. Esos tres señores a los que en España adoptamos ya hace tiempo como tradición patria son, en realidad, tres gorrones de mucho cuidado. Algo que ya nos hace sospechar que no son precisamente superhéroes es que hacen entre tres lo mismo que Papá Noel. ¿No estaréis muy cansados, no?
Sin embargo, la prueba definitiva que demuestra que los tres presuntos magos procedentes de Oriente tienen más cara que espalda es que los señoritos se pusieron anoche las botas a base de bien. Si en cada hogar español que visitaron anoche encontraron algún dulce para coger fuerzas para seguir repartiendo regalos, lo más probable es que cogieran fuerzas suficientes como para correr varias maratones seguidas.
Pero dejémonos de suposiciones y juguemos con los datos. El punto de partido está en los 18.217.300 millones de hogares que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), hay en España. Sus Majestades contaron así con más de 18 millones de oportunidades de comer algo anoche (hogar arriba, hogar abajo).
¿Roscón o polvorón?
A continuación, hay que tener en cuenta la existencia de las dos Españas: por un lado está la que le deja a los magos que se sirvan del roscón de reyes, mientras que otros le dejan un polvorón a cada uno de los monarcas.
Una última cosa antes de sacar la calculadora: según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), una porción de roscón de reyes tiene 250 calorías, mientras que un polvorón suele tener, de media, unas 150 calorías por unidad.
Dicho esto, solo queda sacar al Pitagorín que todos llevamos dentro y averiguar el potencial energético de lo que se metieron entre pecho y espalda anoche Sus Majestades, suponiendo que para recibirlos los españoles les pusieron o bien solo polvorones, o bien solo roscón (aunque una combinación de ambas opciones seguiría siendo igual de bestia).
En el caso de que, al dejar los regalos en más de 18 millones de hogares, Melchor, Gaspar y Baltasar hayan comido solamente roscón de reyes, estos tres personajes habrían introducido anoche en sus milenarios cuerpos más de 4 mil millones de calorías.
Si, por el contrario, anoche se pusieron finos a polvorones, los Reyes Magos habrían tenido una noche algo más ‘light’: habrían ingerido dos mil millones setecientas mil calorías. Una cosa ligerita.
Comida para miles de años
Son las únicas explicaciones posibles ante semejantes cifras. Hay que tener en cuenta que la cantidad de calorías recomendadas para un hombre en un día está en torno a las 2.500 o, lo que es lo mismo, unas 900.000 calorías anuales.
¿Qué hacen los Reyes Magos con miles de millones de calorías obtenidas en una sola noche? Si se lo comen ellos, las respuestas dan miedo: o bien almacenan calorías para los próximos 4.000 años o eso de la magia utilizada para repartir regalos en una sola noche quema una cantidad de calorías impresionante.
También cabe la posibilidad de que Melchor, Gaspar y Baltasar compartan lo que se les deja en la noche del cinco de enero con su camello y con su paje real. En ese caso, la cantidad de calorías se dividiría entre tres y la cifra sería… Bueno, ¿para qué engañarnos? La cifra seguiría siendo igual de grotesca e inexplicable.
Bien pensado, eso de que tres tipos con más de dos mil años de vida salgan todos los años a lomos de un camello para repartir regalos porque sí y con unas pintas un tanto peculiares nunca tuvo mucho sentido. Por fin todo cuadra: son tres ladrones que salen una vez al año para robar azúcar en cantidades industriales. Con lo fácil que sería pedirlo….
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Con información del INE, Infosalus y Natursan.
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