lunes, 23 de marzo de 2015

SE PUEDE, LO SABEMOS Y LO HAREMOS



SE PUEDE, LO SABEMOS Y LO HAREMOS

Creo que ayer los andaluces nos equivocamos. Debimos castigar con nuestro voto a todos los corruptos, a todos, no solo a los de Mariano. Pero ahí están los resultados y es obligatorio felicitar a tantos militantes honrados del PSOE -disfruto la amistad de muchos-, que se dejaron la piel en la campaña defendiendo lo que a mi juicio es indefendible, ellos sabrán po...r qué. Ca’ uno es ca’ uno, que diría Guerrita.

Andalucía es un microclima. Nada que ver con el resto de España. Que ningún ingenuo extrapole los resultados porque se equivoca. El mismo navajazo trapero que los andaluces le hemos dado al Pepé, S.A. se lo darán los españoles en Madrid al Pesoe, S.A. A los dos a par. Por corruptos. Y ahí Pedro Sánchez se lleva la peor parte. De hecho, este monárquico republicano tan populista y sobreactuado debe estar ahora mismo que no le llega la camisa al cuerpo.

Las mesnadas de Susana Díaz, martillo de las urnas andaluzas, espada del pesoísmo, invicto freno del populismo, despliegan ya sus pendones en los desfiladeros de Despeñaperros dispuestas a tomar Madrid en noviembre. ¿Andalucía? ¿Los andaluces? Que les den, ya inventaremos algo, le echaremos la culpa a cualquiera o les contaremos que su salvación pasa por Madrid. Y siempre nos quedarán Inda, Maduro y el papel higiénico. A partir del verano el objetivo es Madrid. Y Sánchez lo sabe. Pero no cederá fácilmente una corona que legítimamente le corresponde. Lucha visigoda a la vista y rey muerto: Pedro I el Posturitas. Entierro decente, puerta giratoria, olvido y escarnio.

Pero debe pasar el verano y Susana tiene moros en el Parlamento: quince diputados de Podemos y nueve de Ciudadanos que reforzarán a los restos de una Izquierda Unida traicionada, numantina, batalladora, ancestralmente incomprendida, cuyos cinco supervivientes respiran por las heridas. Mal asunto, Susana, infieles en la costa. La retaguardia está desguarnecida y los nuevos, más gritones que los viejos y modosos cómplices marianistas, conocen el laberinto de las cloacas y saben dónde hurgar: 33 años de asuntos opacos y 166.000 millones de pesetas de los parados que aún busca la Policía. Y se sabrán cosas, en Andalucía y en España. Combustible para Podemos y Ciudadanos.

Y millones de andaluces que no tenemos miedo, que nos reímos de los chistes de Inda, de los rebuznos de la caverna y de los titulares de los grandes boletines bancarios de tirada nacional; millones de andaluces combativos, persistentes, tozudos, dispuestos a cambiar Andalucía y España; millones de andaluces que esperamos al bipartidismo en las generales, con la ilusión en los colmillos, con la furia en las tripas, con la esperanza en los puños. Se puede arrancar el destino de nuestros hijos de las manos de este bipartidismo podrido por el dinero. Se puede, lo sabemos y lo haremos.