El antropólogo forense del Instituto de Medicina Legal de Portugal, Gonçalo Carnim, colabora con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) en la identificación de más de una decena de cuerpos exhumados y que servirá para resolver cuatro casos de víctimas del franquismo. Según explica el vicepresidente de la ARMH, Marco González, se trata de las tres exhumaciones realizadas este año en Arganda del Rey (Madrid), Chaherrero (Ávila) y Villalibre de la Jurisdicción (León), además de la realizada el año pasado en la localidad leonesa de San Justo de la Vega.
INFOBIERZO.com / V. SILVÁN / ICAL / 06-11-2014
Trabajos de identificación de los cuerpos extraídos en las exhumaciones (César Sánchez/ICAL)
“Son entre doce y catorce víctimas. Ocho o diez cuerpos de San Justo, un cuerpo de Chaherrero, uno de Villalibre y otros dos de Arganda del Rey. Todos son cuerpos exhumados de este año, menos los de San Justo de la Vega, que por su mala conservación y suciedad hemos tardado más en limpiarlos y restaurarlos en la medida de los posible”, precisa González.No es la primera vez que Carnim colabora con la ARMH, ya ha aportado anteriormente sus conocimientos y durante esta semana les está ayudando en los casos que están resolviendo porque el objetivo de la asociación ahora es “dejar todos los casos analizados por un forense en la antesala de hacer unas muestras de ADN, antes de lo que pueda pasar”. Y es que la falta de ayudas y subvenciones amenaza la continuidad de su laboratorio, ubicado en el campus universitario de Ponferrada.
La asociación trabaja para finalizar todos los informes técnicos, tanto arqueológicos como antropológico, para hacer después las pruebas genéticas. “Creo que no habrá ningún problema para enviarlas porque ahora hay una colaboración con el grupo de antropología forense de Argentina, que lidera Luis Fondebrider y Mercedes Salado, que desde el año 86 están haciendo exhumaciones en Argentina y Chile. Nos han brindado su ayuda en forma de contrastes genéticos gratuitos, así que vamos a poder salvar algunos casos y sin que cueste nada a la asociación”, recalca.
Cuestión de responsabilidad
Gonçalo Carnim llega al laboratorio de la ARMH, como el mismo dice, por una cuestión de responsabilidad. “Yo pienso que quien tiene conocimientos científicos tiene la responsabilidad de utilizarlos cuando pueda”, asegura el antropólogo, que insiste en que no tiene “ninguna duda” de que la Guerra Civil y la dictadura franquista “son cuestiones de derechos humanos”. Por eso quiere aportar sus conocimientos y experiencia a esta causa, que requiere el trabajo de un forense. “Si yo soy antropólogo forense y es un trabajo que es preciso hacer por derechos humanos, pienso que lo tengo que hacer”, apostilló.
Por otro lado, destaca también su interés en trabajar con una asociación “nacional” y que ha demostrado “que tiene un trabajo de base bien hecho”, además de haber trabajado con otros antropólogos como Francisco Etxeberria. “Es también una garantía de que el trabajo que desarrolla la ARMH es un trabajo bien hecho”, asegura Carnim, para quien también es importante que los restos no sean tratados como objetos arqueológicos sino “personas que tiene familiares vivos”.
Trabajo intensivo
Carnim llegó al laboratorio el lunes y durante cuatro días está trabajando de forma intensiva para completar los análisis antropológicos de más de una decena de individuos. “Mi trabajo consiste en la identificación o tentativa de identificación de los individuos y de alguna forma intentar establecer la causa y las circunstancias de la muerte”, cuenta el antropólogo, que puntualiza que hay situaciones más fáciles en la que existen datos ‘antemortem’ con los que se puede comparar la información que se observa en el esqueleto.
En otras ocasiones es más difícil. Entonces hay que intentar encontrar las evidencias de lo que ha podido pasar antes de la muerte y ver si los testimonios orales de alguna forma coinciden con los que “cuentan” los huesos, explica Carnim, mientras recoloca las vértebras de uno de los cuerpos exhumados en San Justo para reconstruir el esqueleto. “De este caso, yo solo sé que son dos fosas que están muy próximas una de la otra, no leo el relato de arqueología, primero hago el análisis antropológico y después comparo con los datos arqueológicos para que no me condiciones”, añade.
“En este caso los esqueletos están muy mal conservados”, reconoce el experto, que muestra el cráneo, donde se aprecia el orificio de salida de un proyectil. “Veo un orificio de salida claro y nítido y en la base del cráneo un reborde que me ayuda a establecer el trayecto, fue un tiro en la nuca”, explica Carnim, que lo señala como posible causa de la muerte. “No puedo decir eso es la causa de la muerte pero puedo decir que ese tiro es compatible con una lesión vital que por si solo puede causar la muerte”, puntualiza.
Otro de los aspectos importantes de su análisis es determinar si es hombre y mujer y la edad. Para ello analiza una serie de huesos que aportan información importante como la clavícula, el fémur o la sínfisis púbica. Así, explica que es más fácil concretar la edad de menores de 18 años que de adultos, en los que los márgenes pueden ser muy amplios. Un trabajo del que en buena parte depende que más de una decena de familias puedan recuperar, más de 70 años después, a sus seres queridos.
A pesar de la falta de medios, este año la ARMH ha realizado tres exhumaciones y varias prospecciones, mientras quieren aprovechar los próximos meses para avanzar en los casos de Villalibre, sólo pendiente de permisos municipales, hacer búsqueda y exhumación en Santa Lucía de Gordón y Cádiz, y están también a la espera de la respuesta del Ayuntamiento de Navía de Suarna (Lugo) para la excavación en Murias de Rao.