En el estado norteamericano de Wisconsin, un hombre de 37 años sufre una grave enfermedad llamada trastorno de excitación genital persistente. Lejos de estar feliz por su situación, asegura que sus compañeros lo dejaron solo y que la única que lo apoya es su mujer.
Dale Decker es
un ciudadano estadounidense de 37 años que padece una extraña
enfermedad conocida como trastorno de excitación genital persistente que
provoca que cada una de las acciones que realiza a diario vaya
acompañada de un orgasmo. De hecho, este hombre llega a "padecer" -como
él mismo afirma- unos 100 orgasmos al día, según explica la versión
digital del Daily Mirror. Esta situación, de la que no disfruta en absoluto, le impide llevar una vida normal.
La pesadilla de Dale comenzó hace dos años, cuando se resbaló y se dio un fuerte golpe en la espalda. El impacto le ocasionó un centenar de orgasmos al día por causas que los médicos desconocen. "Imagina que estás de rodillas en el funeral de tu padre, junto a su ataúd para despedirte de él, y entonces tienes nueve orgasmos allí mismo, mientras que toda la familia está de pie junto a ti. Algo así hace que no quieras volver a tener un orgasmo en el tiempo que te queda de vida. No hay nada agradable en ello, porque aunque te sientes físicamente bien, estás completamente disgustado por lo que está pasando", explica en declaraciones recogidas por el diario.
La vida de este vecino de Wisconsin cambió de tal manera que ya no puede cuidar de sus hijos, dos chicos de 12 y 11 años, porque dice que se siente como una persona repugnante cuando tiene un orgasmo frente a ellos. La enfermedad también hizo que sus amigos se distancien de él. Su mujer, April, es la única que sigue apoyando a Dale en estas condiciones de vida tan difíciles.
La pesadilla de Dale comenzó hace dos años, cuando se resbaló y se dio un fuerte golpe en la espalda. El impacto le ocasionó un centenar de orgasmos al día por causas que los médicos desconocen. "Imagina que estás de rodillas en el funeral de tu padre, junto a su ataúd para despedirte de él, y entonces tienes nueve orgasmos allí mismo, mientras que toda la familia está de pie junto a ti. Algo así hace que no quieras volver a tener un orgasmo en el tiempo que te queda de vida. No hay nada agradable en ello, porque aunque te sientes físicamente bien, estás completamente disgustado por lo que está pasando", explica en declaraciones recogidas por el diario.
La vida de este vecino de Wisconsin cambió de tal manera que ya no puede cuidar de sus hijos, dos chicos de 12 y 11 años, porque dice que se siente como una persona repugnante cuando tiene un orgasmo frente a ellos. La enfermedad también hizo que sus amigos se distancien de él. Su mujer, April, es la única que sigue apoyando a Dale en estas condiciones de vida tan difíciles.