Aseguran científicos que el iceberg que se
desprendió del glaciar antártico se dirige hacia mar abierto; cubre
cerca de 660 kilómetros cuadrados
La glacióloga de la NASA Kelly Brunt dijo el miércoles que el iceberg cubre cerca de 660 kilómetros cuadrados y tiene un grosor de hasta 500 metros. Conocido como B31, el iceberg se separó del Glaciar de Pine Island en noviembre, agregó Brunt.
"Es uno que es lo suficientemente grande como para que amerite vigilarlo", dijo Brunt en una entrevista telefónica, destacando que organizaciones del Gobierno de Estados Unidos, incluido el Centro Nacional del Hielo, están observando a decenas de icebergs en todo momento.
El iceberg actualmente no se encuentra en una zona que sea muy transitada por barcos.
"No hay mucho tráfico marino allí. No estamos particularmente preocupados sobre las rutas de navegación. Sabemos dónde están todos los grandes", afirmó.
Los científicos están especialmente interesados en este iceberg, no sólo debido a su tamaño, sino porque se originó en una zona inesperada, dijo Brunt.
"Es como un gran pedazo de bizcocho flotando por el Océano Antártico", agregó.
La grieta del glaciar que creó el iceberg fue detectada inicialmente en el 2011, según Brunt, una científica del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA y de la Universidad de Morgan State en Maryland.
El Glaciar de Pine Island ha sido estudiado de cerca durante las últimas dos décadas debido a que ha estado perdiendo espesor y se ha drenado rápidamente, por lo que podría contribuir al aumento de los niveles del mar, dicen científicos.
Ellos sostienen que el iceberg flotó por la Bahía de Pine Island, una cuenca en el Mar de Amundsen, y posiblemente será arrastrado pronto por las rápidas corrientes del Océano Antártico.
"Estamos realizando algunas investigaciones sobre las corrientes locales del océano para intentar explicar adecuadamente el movimiento", dijo el investigador de icebergs Grant Bigg, de la Universidad de Sheffield en Inglaterra, en un comunicado desde el Observatorio de la Tierra de la NASA.
"Ha sido sorprendente cómo ha habido períodos casi sin movimientos, intercalados con un flujo rápido", agregó.
"Hubo un par de ocasiones previamente en las que pudo haber algunas colisiones parciales o encallamientos parciales con el lecho marino, mientras el B31 rebotaba de un lado de la bahía al otro".