El cambio de la factura de la luz
se ha convertido en un verdadero laberinto. Poca gente se ha enterado
de cómo funciona exactamente y qué va a suponer. No existe un modelo
similar en países de nuestro entorno y las propias eléctricas a través
de su patronal, UNESA, han intentado explicar en plan didáctico que
supone, pero las recomendaciones que ha hecho suenan a broma de mal gusto, por absurdas.
Con las nuevas tarifas, a partir de las 21 horas, cuando todos llegan a casa, el precio de la luz sube. En concreto, los usuarios pagarán hasta cuatro veces más de luz en horario prime time que
de madrugada mientras no dispongan de contador digital. Las eléctricas
no tienen obligación de completar la instalación de contadores digitales
a todos los hogares hasta el año 2018, por lo tanto, los usuarios
pueden pasar mucho tiempo bajo este sistema provisional.A todos los efectos, las eléctricas considerarán que el usuario consume hasta cuatro veces más de luz a las 10 de la noche que a las 5 de la mañana, aunque ese usuario se acueste muy pronto y se levante muy temprano para ir a trabajar.
Suele darse la circunstancia, además, de que según el mercado mayorista (que es el que va a servir de referencia para determinar el precio de la luz), la electricidad es más cara en prime time que de madrugada. Es decir, el coeficiente más elevado de consumo, se multiplicará por el precio más elevado de la luz. Una ruina.
[También de interés: Otro caos, el enrevesado mecanismo para fijar el precio de la luz]
La solución que proponen las eléctricas ante la reforma de la tarifa del ministro Soria
es grotesca y suena a tomadura de pelo. Sugieren que habrá que poner la
lavadora o ver la televisión a las 18 horas o a las dos de la
madrugada. Ya nos explicarán cómo puede hacerse en los hogares donde todos trabajan.
En general recomiendan que los usuarios deberán cambiar hábitos para
adecuarlos a las franjas horarias más baratas del día, que coinciden con
las horas de menor consumo, como la madrugada.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya dijo
que la nueva fórmula para fijar los precios de la electricidad puede reducir la factura un 4,3%, con unas variaciones de entre 2 y 6 euros al mes. Sin embargo, advierte de la otra cara del asunto: el precio será “menos estable” y su puesta en marcha conlleva “dificultades”Y mientras el Gobierno estima que el nuevo sistema de cálculo, que sustituye a las subastas trimestrales de energía, supondrá un ahorro anual del 3 %, los consumidores no lo tienen tan claro. Advierten de que será aún más complicado controlar el gasto eléctrico.
CECU por ejemplo considera que la nueva fórmula de facturación de la luz es “excesivamente compleja” y que generará una “enorme incertidumbre” e “inseguridad” entre los consumidores, ya que “imposibilitará” la comparación de precios.
Critica que los precios no podrán ser comparados al cambiar cada hora, y por tanto “no se podrán utilizar los diferentes comparadores de precios”. Así, CECU advierte que los consumidores quedarán en situación de “indefensión”, ya que es “evidente” que tendrá lugar una “discriminación” entre los usuarios que tengan redes inteligentes e integradas y contadores inteligentes respecto de aquellos que no los tengan. Y en España sólo hay tres millones de equipos de este tipo sobre un total de 27 millones de clientes.
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