Difundir la música clásica entre los jóvenes, combinándola con otros géneros musicales como el rock o el pop, es el objetivo principal del festival B-Classic Music que se celebra en Bélgica. Pero este año sus promotores han promocionado el festival con un vídeo de dudoso gusto y un contenido claramente sexista. Muchachas surcoreanas del grupo Waveya siguen con escasa gracia artística los sones de la Sinfonía del Nuevo Mundo, del checo Antonín Dvořák.