Ese camino de luces hacia la muerte...
Crónica Fenómenos Paranormales. Muchas personas aseguran haber experimentado la escena final en el luminoso pasaje de ida y vuelta que trasciende la propia existencia. La misteriosa secuencia que conmueve a la ciencia y la religión, contado en primera persona con testimonios reales.
Durante
las últimas décadas ha sido uno de los temas que despertó mayor
interés, tanto en el público en general como en gran parte de la
comunidad científica y religiosa. Se trata del fenómeno de las
experiencias cercanas a lo que se supone es el paso de la vida hacia
la muerte. La escena del final luminoso ha sido narrada por miles de
personas y, entre estas fantásticas vivencias, se instala el emblemático
y estremecedor relato del recordado periodista, escritor y presentador
de televisión Víctor Sueiro.
Pero, además de él, son muchos quienes aseguran haber visto ese túnel que nos trasladaría hacia un mundo misterioso y, frente a la posibilidad o no de comprobación, surge la pregunta: ¿qué hay de cierto acerca de lo que definen como la supervivencia después de la muerte?
Se dice que son experiencias que suele atravesar el común de la gente y se da por hecho que todo pasa en una especie de túnel luminoso del cual no habría mayores certezas. Sin embargo, a nadie le resulta extraño que algunos aseguren haberse visto fuera de sus cuerpos mientras contemplaban la escena, flotando por encima de personas y objetos sin poder tocarlos. ¿Es ese el instante preciso de la supervivencia? A partir de diversos estudios se ha podido elaborar una interesante explicación a este fenómeno. Se cree que las experiencias cercanas a la muerte vienen a proveer evidencias de la supervivencia y otros fenómenos relacionados, como es el caso de las apariciones de personas fallecidas.
Una de las primeras definiciones sobre este asunto estuvo a cargo de Raymond Moody, un psiquiatra norteamericano que en 1975 se vio impulsado a estudiar estas raras experienc ias luego de escuchar la vivencia del doctor George Ritchie durante la guerra. A partir de esos trabajos, cada vez más investigadores se han interesado en encontrar una explicación a este fenómeno. Se publicaron variados estudios en revistas especializadas y hasta se ofrecieron testimonios de personas reales. Uno de los textos más completos sobre la supervivencia o paso de la vida hacia la muerte forma parte del libro llamado “Vida después de la vida” de Raymond Moody, el cual se convirtió rápidamente en un best seller. Luego de conocer esta publicación, otros médicos y científicos comenzaron su propia investigación.
La bienvenida
La mayoría coincide en la imagen del túnel que ha recorrido y en el final luminoso donde pudo encontrar a amigos y parientes ya fallecidos. Dicen que les dan la cariñosa bienvenida en ese mundo nuevo. Se trataría de un instante crucial en el que el estado de paz y alegría que los envuelve elimina el miedo a la muerte para el resto de sus vidas.
No obstante estas supuestas experiencias verdaderas, se dice que fueron muchas las voces que se levantaron, escandalizadas, ante la investigación e incluso calificaron como falsos los testimonios de las personas que habían tenido el valor de narrar su experiencia sin importarles ser consideradas como locas.
Testimonios reales
Las personas a quienes han entrevistado los especialistas utilizan palabras muy diferentes para describir el fenómeno: una cueva, un pozo, un hoyo, un recinto, un túnel, un embudo, un vacío, un hueco, una alcantarilla, un valle, un cilindro. Aunque utilicen diferentes terminologías, es evidente que tratan de expresar la misma idea. En todos los relatos figura el denominado túnel de la muerte. Un hombre que permaneció “muerto” durante veinte minutos en una operación abdominal lo describió un espacio silencioso y cubierto de luces intensas que le proporcionó una paz increíble. Al despertar, oyó un terrible zumbido que venía del interior de su cabeza. “El regreso me hizo sentir muy incómodo. Nunca lo olvidaré”, expresó.
Los relatos de las personas que experimentaron muerte clínica temporal y emprendieron el camino hacia el mas allá coinciden en el hecho de que conservaron todos y cada uno de sus sentidos y sus capacidades intelectuales. Inclusive algunos manifestaron haber notado que la vista y el oído se agudizaban, la memoria se aclaraba y recordaban momentos perdidos, y el pensamiento era mucho más nítido. Otros que habían perdido algunas de sus facultades sintieron que las recuperaban. Existen varios testimonios de personas ciegas que durante su muerte clínica y su corta estadía en el más allá pudieron ver o personas sordas que oyeron perfectamente. Por supuesto, al volver a sus cuerpos, el ciego no vuelve a ver ni el sordo a oír.
Los médicos que han reanimado a estas personas reunieron los datos de las experiencias vividas en el supuesto y misterioso mundo. Quienes regresaron de allí describen el pasaje como un espacio oscuro similar a un túnel, a cuyo término se llega a un lugar lleno de luz. Los testimonios de quienes pasaron por esta experiencia se cuentan por cientos y todas las descripciones concuerdan en la sensación de viajar por un túnel y una bella conmoción cuando se llega a la luz final. Para todos ellos es muy difícil describir con palabras terrenales la espectacularidad de esa luminosidad. Por último, quienes vivieron esta experiencia coinciden en que durante el retorno se siente mucho frío. La mayoría se desmaya por un corto lapso. Aún así, la experiencia de volver al cuerpo no es del todo traumática, sino que en general se siente paz y seguridad.
Pero, además de él, son muchos quienes aseguran haber visto ese túnel que nos trasladaría hacia un mundo misterioso y, frente a la posibilidad o no de comprobación, surge la pregunta: ¿qué hay de cierto acerca de lo que definen como la supervivencia después de la muerte?
Se dice que son experiencias que suele atravesar el común de la gente y se da por hecho que todo pasa en una especie de túnel luminoso del cual no habría mayores certezas. Sin embargo, a nadie le resulta extraño que algunos aseguren haberse visto fuera de sus cuerpos mientras contemplaban la escena, flotando por encima de personas y objetos sin poder tocarlos. ¿Es ese el instante preciso de la supervivencia? A partir de diversos estudios se ha podido elaborar una interesante explicación a este fenómeno. Se cree que las experiencias cercanas a la muerte vienen a proveer evidencias de la supervivencia y otros fenómenos relacionados, como es el caso de las apariciones de personas fallecidas.
Una de las primeras definiciones sobre este asunto estuvo a cargo de Raymond Moody, un psiquiatra norteamericano que en 1975 se vio impulsado a estudiar estas raras experienc ias luego de escuchar la vivencia del doctor George Ritchie durante la guerra. A partir de esos trabajos, cada vez más investigadores se han interesado en encontrar una explicación a este fenómeno. Se publicaron variados estudios en revistas especializadas y hasta se ofrecieron testimonios de personas reales. Uno de los textos más completos sobre la supervivencia o paso de la vida hacia la muerte forma parte del libro llamado “Vida después de la vida” de Raymond Moody, el cual se convirtió rápidamente en un best seller. Luego de conocer esta publicación, otros médicos y científicos comenzaron su propia investigación.
La bienvenida
La mayoría coincide en la imagen del túnel que ha recorrido y en el final luminoso donde pudo encontrar a amigos y parientes ya fallecidos. Dicen que les dan la cariñosa bienvenida en ese mundo nuevo. Se trataría de un instante crucial en el que el estado de paz y alegría que los envuelve elimina el miedo a la muerte para el resto de sus vidas.
No obstante estas supuestas experiencias verdaderas, se dice que fueron muchas las voces que se levantaron, escandalizadas, ante la investigación e incluso calificaron como falsos los testimonios de las personas que habían tenido el valor de narrar su experiencia sin importarles ser consideradas como locas.
Testimonios reales
Las personas a quienes han entrevistado los especialistas utilizan palabras muy diferentes para describir el fenómeno: una cueva, un pozo, un hoyo, un recinto, un túnel, un embudo, un vacío, un hueco, una alcantarilla, un valle, un cilindro. Aunque utilicen diferentes terminologías, es evidente que tratan de expresar la misma idea. En todos los relatos figura el denominado túnel de la muerte. Un hombre que permaneció “muerto” durante veinte minutos en una operación abdominal lo describió un espacio silencioso y cubierto de luces intensas que le proporcionó una paz increíble. Al despertar, oyó un terrible zumbido que venía del interior de su cabeza. “El regreso me hizo sentir muy incómodo. Nunca lo olvidaré”, expresó.
Los relatos de las personas que experimentaron muerte clínica temporal y emprendieron el camino hacia el mas allá coinciden en el hecho de que conservaron todos y cada uno de sus sentidos y sus capacidades intelectuales. Inclusive algunos manifestaron haber notado que la vista y el oído se agudizaban, la memoria se aclaraba y recordaban momentos perdidos, y el pensamiento era mucho más nítido. Otros que habían perdido algunas de sus facultades sintieron que las recuperaban. Existen varios testimonios de personas ciegas que durante su muerte clínica y su corta estadía en el más allá pudieron ver o personas sordas que oyeron perfectamente. Por supuesto, al volver a sus cuerpos, el ciego no vuelve a ver ni el sordo a oír.
Los médicos que han reanimado a estas personas reunieron los datos de las experiencias vividas en el supuesto y misterioso mundo. Quienes regresaron de allí describen el pasaje como un espacio oscuro similar a un túnel, a cuyo término se llega a un lugar lleno de luz. Los testimonios de quienes pasaron por esta experiencia se cuentan por cientos y todas las descripciones concuerdan en la sensación de viajar por un túnel y una bella conmoción cuando se llega a la luz final. Para todos ellos es muy difícil describir con palabras terrenales la espectacularidad de esa luminosidad. Por último, quienes vivieron esta experiencia coinciden en que durante el retorno se siente mucho frío. La mayoría se desmaya por un corto lapso. Aún así, la experiencia de volver al cuerpo no es del todo traumática, sino que en general se siente paz y seguridad.