"Hoy el mecanismo de opresión se ha instalado en un recinto cerrado, oscuro y viscoso. Hoy la trinchera está en el útero y mi cuerpo es un campo de batalla. Por eso escribo desde mi propia piel y desde mi propia sangre. No hay diferencia entre reducirnos a un útero o a unas tetas... Si tanto os preocupan los abortos, dejad nuestro cuerpo en paz..."
Escribo esto con toda la rabia que he podido acumular en las entrañas y entre mis dientes, porque ya no estamos hablando de una teoría, ni de una ley abstracta, sino de cuerpos de mujeres como el mío, de cuerpos materiales y vidas que se ven reducidas a ser solo úteros, por encima de su voluntad y de su propia vida.
Por eso, porque hablamos de cuerpos, de piel, de úteros, de vaginas... escribo desde mi propia piel y desde mi propia sangre, desde esta rabia que llevo conteniendo demasiado tiempo... Escribo lo que me sale del coño.
Escribo que sois unos fascistas, unos dictadores, que tenéis unos valores denigrantes para las mujeres... Escribo para dejar constancia de mi repugnancia ante vuestra nula consideración por la opinión, por el cuerpo y por la vida de cada mujer a la que estáis condenando...
Condenadas a dejar en un segundo plano nuestra vida para priorizar la vida de un hijo que no hemos decidido tener... Condenadas por nuestros verdugos, en masculino, por personas que jamás experimentarán en su propio cuerpo la violencia de esta ley... ¡Condenadas por personas sin útero!
Somos cosificadas, alienadas, enajenadas... Y no hay diferencia en tratarnos como objeto de reproducción o como objeto sexual. No hay diferencia entre reducirnos a un útero o a unas tetas...
La toma de decisión sobre la propia vida otorga dignidad a una persona. Y nos vais quitando nuestra dignidad con vuestras ideologías retrógradas y machistas...
Hoy el mecanismo de opresión heteropatriarcal se ha instalado en un recinto cerrado, oscuro y viscoso. Hoy la trinchera está en el útero. Mi cuerpo es un campo de batalla...
Si tanto os preocupan los abortos, si tanto os preocupan esas vidas posibles que se quedan en el camino... dejad de violarnos, dejad de mirarnos como si solo fuésemos un coño por donde meter una polla, dejad de deningrarnos... Si tanto os preocupa evitar los abortos, dejad en paz nuestro cuerpo...
Reflexiones de una mujer leídas en la concentración convocada esta tarde en Zaragoz por organizaciones feministas contra la ley del aborto de Gallardón (extracto)