Escolástica Gutiérrez de los Ríos Rohán-Chabot fue la segunda
hija del quinto conde de Fernán Núñez, José Diego Gutiérrez de los Ríos y
su esposa, Carlota Felicita Rohán - Chabot. El primer hijo del
matrimonio fue el sexto conde Carlos José Gutiérrez de los Ríos. Ambos
quedaron huérfanos con siete y tres años respectivamente tras el
fallecimiento de su padre en 1749 y de su madre en 1750.
Escolástica ingresa en 1758 en el Colegio madrileño de La Visitación
conocido como el Convento de las Salesas, centro especialmente dirigido
para la formación de la nobleza, fundado por Bárbara de Braganza, reina
de España, esposa de Fernando VI en ese mismo año.
Fachada del Convento de las Salesas. Madrid |
Tras la muerte de su madre, esta deja en su testamento que fuesen
enviados sus dos hijos a la corte de París con su hermano, el duque de
Rohán. Sin embargo, el rey Fernando VI desestima esto y nombra a
Francisco de Cepeda como administrador del estado de Fernán Núñez, hasta
que el conde alcance la mayoría de edad. Ambos son tutorizados por el
duque de Béjar, Joaquín Diego López de Zuñiga y Sotomayor Castro y
Portugal, XII duque de Béjar y Plasencia, XVI conde de Belalcázar,
Grande de España y poseedor de numerosos títulos. Este estuvo casado con
una dama francesa Leopoldine Elisabeth de Lorraine, que mantenía cierta
amistad con Carlota Felicitá Rohán - Chabot, por proceder ambas del
vecino país.
Escudo de la Casa de Béjar |
Este matrimonio del duque de Béjar terminó siendo nulo en 1757 y tras la
muerte de Leopoldine de Lorraine en 1759, decidió tomar por esposa a su
ahijada, Escolástica. Ambos tenían una diferencia de edad de más de
treinta años, siendo Escolástica una adolescente en su matrimonio y el
duque de Béjar contaba ya con cuarenta y seis años.
Escolástica y su hermano siempre estuvieron muy unidos, ambos siendo
unos niños estudiaban cada uno en sus internados de Madrid y el conde
siempre mostró un gran afecto por su hermana y viceversa. Esto fue así,
tanto que Escolástica no dudo en venir a Fernán Núñez desde Valencia a
ver a su hermano tras su incidente en Argel en 1775.
El duque de Béjar falleció en 1777, sin descendencia en ninguno de sus
dos matrimonios, pasando Escolástica a ser duquesa viuda de Béjar. Pero
la duquesa solo viviría cinco años más, falleciendo en 1782, en Madrid,
apenando para siempre a su hermano, el conde de Fernán Núñez que decide
homenajearla de tres formas:
En primer lugar con nueve días de luto, lo que se conoce como un
novenario, en la Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas de la villa
de Fernán Núñez. El último día se lee una oración funebre que aún se
conserva que repasa la vida de esta mujer de la nobleza española del
siglo XVIII. La oración se divide en tres partes, una primera donde
repasa su infancia en el Convento de las Salesas y se aprovecha para
recordar el linaje de los Gutiérrez de los Ríos y su legitimidad como
señores de Fernán Núñez. La oración muestra a la duquesa de Béjar como
una joven llena de virtudes. La segunda parte habla sobre su matrimonio
con el duque de Béjar y su honroso comportamiento como esposa del mismo.
Finalmente en la tercera parte, detalla las obras y legados y su vida
como viuda.
En segundo lugar con la construcción de una capilla en su nuevo palacio
de la Villa de Fernán Núñez, situada en una de sus torres bajo la
advocación de Santa Escolástica. Antes de su creación el porpio conde
deja escrito el Libro de Motivos para la construcción de Santa Escolástica.
La Capilla de Santa Escolástica desde la calle Puerta de la Villa |
Y, por último, dándole el nombre de Escolástica a segunda hija.
· Información editada procedente de:
· Entradas relacionadas:
La Capilla de Santa Escolástica