Todos hemos cantado alguna vez aquello de ‘Me estoy volviendo loco’ o ‘No tengo tiempo’, mientras nos vienen a la cabeza imágenes de la Vuelta Ciclista a España. Muchas sintonías de tele y radio llevan su sello inconfundible, el sello de Azul y Negro, un nombre que va ligado a la década de los 80, pero también que nos llevaba al futuro con su sonido de sintetizadores.
Este año se cumplen 40 años de su fundación y se ha reunido la formación original, esto es, Carlos García-Vaso y Joaquín Montoya (que había abandonado Azul y Negro en 1993). Un reencuentro ilusionante que nos ha dejado, de momento, un disco nuevo, Perseverance, como el rover que llegó a Marte el año pasado.
Y para viajar a Marte han rescatado, entre otros instrumentos, el Júpiter 8, el sintetizador que usaban hace 40 años y que tiene ese sonido tan característico de la banda. Porque, eso sí, han querido hacer algo novedoso y de 2021 pero a la antigua manera, tocando los antiguos instrumentos. Por eso el disco suena como antiguamente.
Tras la marcha de Montoya en 1993, García-Vaso siguió sacando discos con el nombre de Azul y Negro, y contó con la inestimable participación del bilbaíno Carlos López, que aportó varias composiciones al repertorio. Ambos actuaron en la gira de Yo fui a EGB dejando un muy buen sabor de boca, que esperemos se pueda repetir, ahora además con Joaquín Montoya.
El nuevo disco, que acaba de salir, contiene 12 nuevos temas compuestos e interpretados íntegramente por la formación original. Seis temas instrumentales y otros seis cantados, en inglés y castellano, con melodías cuidadas que recuerdan a clásicos como ‘No controlo nada’, ‘La torre de Madrid’ o ‘The night’.
Un regalo para los fans que esperan, esperamos, volver a disfrutar de aquellos clásicos, y de los nuevos temas en directo.
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