Al parecer en vez de blanquearlo se lo pintaron de verde, debido a un error en la pigmentación de la máquina con la que suelen realizarse estos trabajos. La mala suerte hizo que el empleado que le atendió fuera daltónico y no pudo darse cuenta a tiempo que el trabajo no se estaba realizando como debía.
Al finalizar el blanqueamiento y entregarle un espejo al cliente, fue cuando éste se dio cuenta de que algo había ido mal. El problema añadido es que tendrá que pasar mucho tiempo antes de poder aplicar otro color a esa zona. Ahora el afectado ha puesto una denuncia por daños y perjuicios, ya que considera que su vida sexual se ha visto seriamente afectada debido a las risas que provoca el color de su ano, lo que rompe totalmente el climax de la situación.
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