PSOE, Ciudadanos y Podemos luchan a brazo partido por romper el triunvirato que los iguala y que podría, con los números en la mano pero no con las propuestas, conformar un Gobierno de coalición que desplace de La Moncloa a un PP que sigue en primera posición pero estancado en el 27% de intención de voto.
Durísima la batalla que se abre en la recta final de la campaña, sobre todo entre los tres partidos instalados en el estrecho margen de apenas dos puntos: los socialistas con una intención de voto del 20,3% que les proporcionaría entre 76 y 81 escaños; Ciudadanos con el 19,6% y una horquilla de entre 62 y 60 diputados, y finalmente Podemos con el 18,4% y entre 56 y 60 puestos en el Congreso.Por delante se mantiene el PP a siete puntos del aguijón del tridente. Los de Rajoy ganarían las elecciones y obtendrían entre 114 y 119 escaños, una cota muy lejana no sólo de la mayoría absoluta -que en estos comicios resulta impensable para cualquier fuerza-, sino también del escalón del 30% que, en virtud de la Ley D'Hondt proporciona a quien lo alcanza un aumento muy importante en el número de diputados.
Estos son los datos principales que arroja la encuesta preelectoral de Sigma Dos para EL MUNDO, realizada entre el 1 y el 9 de diciembre, lo que implica que en la misma se recoge el efecto que haya podido tener sobre la intención de voto el debate televisado a cuatro que enfrentó a Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Soraya Sáenz de Santamaría -esta última en sustitución de Rajoy-, así como los aciertos y tropezones que ha propiciado el primer tercio de la campaña.
Respecto al sondeo publicado el pasado 30 de noviembre se aprecia una remontada clara de Podemos -en coalición con otras fuerzas de izquierda en varias provincias (Compromís, En Marea...)-, hasta el punto de que conseguiría ya el 18,4% de los votos, frente al 16,2% que se le adjudicaba hace dos semanas.
Con este salto, Iglesias está en disposición de mirar cara a cara a su rival ideológico más potente, el PSOE de Pedro Sánchez que, acuciado también en su flanco más moderado por C's, ve peligrar muy seriamente su hueco como segundo partido y alternativa clara al PP.
Iglesias está echando el resto en la campaña. Ha salido muy bien parado en los debates televisados, en los que ha demostrado una pericia sin parangón a la hora de manejar los mensajes que cohesionan a sus simpatizantes. Todo indica que lejos de haberse dejado seguidores por el camino ha captado nuevos votantes procedentes sobre todo del grupo -muy importante en esta ocasión- que duda entre inclinarse por una de las dos fuerzas emergentes.
Así se explicaría el retroceso de 3,4 puntos que muestra la encuesta para Ciudadanos y que se produce en paralelo a una subida de 2,2 puntos en el caso de Podemos.
Leve respiro del PSOE
El tropiezo que sufre la fuerza de Albert Rivera permite al PSOE un levísimo respiro, aunque sólo sea porque le coloca de nuevo, aunque con ventajas tan mínimas que podrían amortizarse simplemente con el margen de error del sondeo, en el segundo lugar de la carrera tras el PP.Los socialistas, de acuerdo con la anterior encuesta de EL MUNDO, habían sido sobrepasados por C's. Ahora no se trata de que ellos despeguen sino más bien de que Ciudadanos retrocede y eso les permite volver a figurar como los segundos en liza. En cualquier caso la distancia entre ambos, y también con el tercero (Podemos), es tan pequeña que podría volcar en cualquier momento.
La segunda plaza se presenta por tanto totalmente abierta. «Habrá sorpresas», vaticinó el presidente del Gobierno en relación con esta cuestión y no parece que anduviera desencaminado.
Pedro Sánchez, el líder socialista que ha padecido una auténtica semana negra por las críticas que ha recibido tras el debate a cuatro, tiene hoy una oportunidad de marcar distancias cuando se enfrente cara a cara ante las cámaras a su rival tradicional: el candidato del PP, Mariano Rajoy.
En cualquier caso, los márgenes son tan escasos que si alguna certeza se puede anticipar es la de que habrá que fraguar pactos para asegurar la gobernabilidad del país.
Y aquí, el grueso de los votantes se divide en dos: de un lado los que apuestan por una alianza de Gobierno de centro derecha liberal entre PP y C's (27,7%) y, de otro, los que prefieren un Ejecutivo de izquierdas trabado entre PSOE y Podemos (27%).
Esta última opción triunfa sobre la primera en todas las franjas de edad, especialmente entre los más jóvenes, y sólo cambia de signo notablemente al llegar a los votantes de más de 65 años. Estos prefieren con amplia diferencia un Gobierno de centro derecha.
La posibilidad de un pacto entre PSOE y C's recaba un apoyo de sólo un 15,7% de los votantes, en tanto que la hipótesis de conformar lo que tradicionalmente se ha llamado gran coalición, es decir, un Ejecutivo PP-PSOE, no convence más que a un nimio 6%. Sea como fuere, ante la pregunta de los posibles pactos, prácticamente uno de cada cuatro encuestados (23,7%) se apunta a la casilla del no sabe-no contesta.
Especialmente es interesante analizar esta cuestión en función de la afinidad ideológica. Así, cabe señalar que a un 72% de los simpatizantes del PP les complacería una alianza con Albert Rivera. Si a quien se pregunta es a los afines a Ciudadanos, el consentimiento a un matrimonio con los populares desciende al 52,6%. En todo caso, para el votante de C's ésta sería la opción más deseable.
Podemos-PSOE
En el bando de la izquierda, los afines a Podemos verían mayoritariamente bien (72,4%) hacer pareja de Gobierno con el PSOE. Los votantes socialistas, por el contrario, se dividen entre los que apoyarían esta opción (37,7%) y los que preferirían ir de la mano de C's (34,5%). Este último dato viene a explicar en buena medida por qué el PSOE padece una fuga de votos tanto por su derecha como por su izquierda. Sus simpatizantes parecen haber encontrado espacio para sentirse razonablemente cómodos bien con Iglesias bien con Rivera, dependiendo de su grado de radicalidad.Si sólo se ofrecen dos opciones: un Gobierno de PP y C's o un tripartito entre PSOE, C's y Podemos, una mayoría del 42,4% defiende esta última fórmula, frente a un 38% que prefiere la primera.
Ahondando más en el juego de parejas que se desplegará a partir del 21-D, los votantes se pronuncian también sobre la posibilidad de que C's sólo acepte apoyar un Gobierno del PP a cambio de que el presidente no sea Rajoy. Esta hipótesis incide en lo que se ha dado en llamar operación Menina, y que no es otra cosa que la sustitución de Rajoy por Sáenz de Santamaría.
A un 50% -sobre todo a los más jóvenes- esta opción le parece adecuada, frente a un 32% que la rechaza. Pero lo más significativo es que a un 46% de los que aseguran ser votantes del PP no le chirriaría este cambio obligado de liderazgo. Evidentemente, son los seguidores de Ciudadanos los que con más claridad apoyarían una exigencia de este tenor.
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