viernes, 17 de octubre de 2014
Por favor, pongamos un poco de coherencia a la situación en Cataluña:
Hubo un tiempo cuando era pequeño, que odiaba el nombre de Barcelona sin conocerla, porque desde mi pueblo, se me iban los mejores amigos a trabajar allí, fué un éxodo de compañías, de vacíos, de huellas irrellenables, como arrancarte pedazos, como romperte a jirones, sin saber, que más tarde sería yo el que se iba a marchar a las islas Baleares.
Después de más de una década fuera de mi tierra, me sentía como si no tuviera identidad, y abandonando el futuro éxito, la comprensión que me habían dado, huí a refugiarme en Cádiz, pero ya, los lazos, quedarían de por vida.
Un pueblo, siempre debe de ser libre porque la libertad no tiene imposiciones, y si hay que ceñirse a un pacto constitucional; un gobierno no puede ser selectivo cuando esa Constitución se la pasan por el Puente de Triana.
Si no cumplen el primer articulo, mientras no haya libertad religiosa, de culto, mientras nos quitan los derechos a la vivienda, a la salud y sobretodo al trabajo para vivir dignamente, se puede estar más o menos de acuerdo con la puñetera locura. No se puede imponer una lengua, las cosas no se hacen porque sí, sino dando argumentos.
Cuando fué en Centenario del BARÇA, fuí el único artista andaluz invitado a la celebración con una selección de artistas de España, y me invitaron con una carta en catalán, que yo, digase la verdad, entendía perfectamente, pero mi contestación un poco barbara, fué: Señor Presidente, no entiendo NÁ de Ná, y er Sr. Presidente me contestó en castellano muy amablemente.
Me invitaron, vendí aquel cuadro a 800.000 pesetas, nos dieron de almorzar, y por una vez en mi vida, me hicieron sentir importante, quedandome eso sí, en la casa de un amigo catalán que de ridículo no tiene nada de nada, como ninguno de los que he ido encontrando a lo largo y ancho de esas benditas tierras, mi amigo, Jordi Gash, alías Arcadio Urpi, edita en castellano, vive en castellano y hasta domina el andalú, aunque sea verderon, cuando en un partido Barça-Betis, se puso de acuerdo con otros catalanes y llevaban una pancarta que pusieron en los mejores palcos del Camp Nou con el consabido: MUSSHO BETI É!!!
Ni defiendo, ni ataco a los independentistas, pero lo vivido con el pueblo catalán, ha sido mucho y muy bueno, y como compatriota y amigo, desde aquí y públicamente, les pido que no pierdan la unidad, que no pongan fronteras en un mundo que tendría que carecer de ellas. Vamos a ser felices juntos, un poco de coherencia, todos los pueblos tenemos nuestra idiosincracia, vamos a respetarnos y a vivir, que son tres días.