viernes, 24 de octubre de 2014

El día que las mamás descubrieron Whatsapp











"Mi hijo se ha olvidado la agenda, ¿podéis enviar foto de las tareas? ¿Qué libro hay que comprar? ¿Los deberes son para mañana o para el jueves?????? ¿Qué ha pedido el profe de música? ¿La profesora no ha venido solo porque le dolía la garganta? ¿Ya han dado las notas?".

Estos son algunos mensajes que suelen prevalecer en las primeras semanas, pero cuando el personal le coge gusto al asunto, las pantallas se llenan de memeces, insultos para el maestro de 2º B, o suspicacias sobre la profe de gimnasia, y chorradas de toda índole.

Son los grupos en Whatsapp al que se apuntan las madres, las abuelas o algún padre suelto de la clase del niño o niña, el nuevo espacio de comunicación extraescolar donde las madres (más que los padres) son las reinas y al que casi es obligatorio apuntarse si una no quiere que la llamen 'rara'.

Desde Yorokobu han realizado un seguimiento de las personas que suelen llenar estos canales comunicativos y han realizado una breve clasificación de sus participantes. Este es el resultado:

La mamá-metepatas: no se entera de nada y pregunta las cosas que ya se han resuelto 50 mensajes más arriba. "¡Ups, perdón!, es que llevo un mal día y no he estado muy pendiente...".

La mamá-faltas: esa mamá que cada cosa que escribe es una patada al diccionario, y sin complejos, hay ba ella orguyosa de su forma de escrivir sin ser consciente en ningún momento de su reputación.

La mamá-vaga; por no preguntar a su hijo, lo pregunta TODO en el grupo.

La mamá-sobrada: su retoño hace siempre todo bien y aconseja a las demás para que puedan tener un hijo tan fantástico como el suyo.

La mamá-espía: la que pregunta si alguien sabe si su hijo se come el bocadillo en el recreo o si le ha dejado la novia.

:La mamá-cotilla, aquella que comenta los rollos que suelen darse en el colegio entre profes, sean ciertos o intuidos.

El papá-molón: el que se cuela en el grupo y quiere ser el más gracioso.

La mamá-borrego: no suele opinar ni preguntar, está ahí para que nadie la critique, a veces participa con un «ja ja», nadie sabe realmente qué opina ni si piensa.

La mamá-emoji: esa que ha descubierto los emoticonos y los utiliza de manera convulsiva.